MANGA OPINION

Suehiro Maruo, maestro del ero-guro

Tramas inquietantes, entornos de pesadilla, personajes indefensos ante un mundo perturbador, sangre y sexo. Estos son algunos de los elementos con los que Suehiro Maruo, uno de los maestros del ero-guro, construye sus historias. A todos ellos se suman, además, un dibujo muy estético y simbólico y multitud de referencias al arte y al cine clásico. Maruo es, sin duda, un autor muy particular, con un sello personal inconfundible. Si aún no habéis leído nada suyo y os pica la curiosidad, en el artículo de hoy os hablamos de algunos de los pilares fundamentales de su obra.

Descubriendo a Suehiro Maruo

#1. La soledad más absoluta

Muchos de los personajes de Suehiro Maruo están terriblemente solos. Puede que haya sido un simple accidente el que los haya conducido a esa situación, o que los hayan abandonado, o que la muerte se haya llevado a sus seres queridos. Pero todos han de enfrentarse al mundo por su cuenta, con las consecuencias que eso supone.

Infierno embotellado

Los protagonistas de Infierno embotellado, por ejemplo, se ven arrojados a una isla desierta por culpa de una tormenta que los aleja de su familia. Desde el primer momento tienen que arreglárselas por sí mismos: deben construir un hogar en el que refugiarse, buscar comida y tratar de sobrevivir hasta que alguien vaya a buscarlos. Al principio, la nueva situación incluso les resulta divertida. La isla es su pequeño paraíso, lleno de cosas por descubrir y experimentar. Sin embargo, nada puede devolverles el cariño de unos padres a los que añoran… especialmente cuando crecen y empiezan a surgirles preguntas para las que no tienen respuestas.

suehiro maruo

 

El infierno de Tomino

Algo similar sucede con Midori, protagonista del manga del mismo nombre, y con Tomino y Katan, de El infierno de Tomino. En el caso de la primera, se ve obligada a unirse a un circo después de la muerte de su madre. Tomino y Katan, por su lado, son dados en adopción y, posteriormente, vendidos a un espectáculo de freaks. Los tres terminan en una nueva familia, formada por personajes muy curiosos y considerados como una mera atracción. Sin embargo, Midori no termina de encajar en ese nuevo mundo, que le reserva muchas crueldades. Y Tomino y Katan son vistos como un instrumento para ganar dinero, como el resto de sus compañeros.

Otros solitarios títulos

La soledad que deriva de la deformidad y la desgracia es la que viven los protagonistas de La oruga, un sargento y su esposa. El hombre es herido de gravedad en la guerra y pierde sus cuatro extremidades, además de la voz. Por esta razón, sus parientes empiezan a desaparecer. Su mujer debe arreglárselas sola para cuidarlo.

Por su lado, los vampiros de La sonrisa del Vampiro se encuentran inmersos en una soledad diferente. Es su propia condición de seres sobrenaturales la que los aparta de los demás. Cuando se transforman, sus hábitos cambian y ya no pueden relacionarse de la misma manera con sus familias y su entorno.

#2. La fascinación por la crueldad

Los mundos que Maruo refleja en sus viñetas no son amables, ni mucho menos. Muchos de sus personajes se ven inmersos en un entorno lleno de injusticias y dolor en el que tienen que aprender a sobrevivir. Eso es lo que le ocurre, por ejemplo, a Midori en su circo. Vive en un entorno depravado y sus compañeros no la tratan bien, pero no tiene otro lugar a donde ir. Por eso debe acostumbrarse a la crueldad del circo y seguir adelante como puede. Lo mismo les sucede a Tomino y Katan, despreciados por su propia familia y vendidos como objetos.

También la protagonista de Pobre hermanita (historia corta incluida en Infierno embotellado) se enfrenta a un mundo cruel. Su padre y su madrastra la maltratan, por lo que se ve obligada a huir con su hermano, que tiene problemas mentales. La poca amabilidad que encuentra en su camino termina desapareciendo y no encuentra otra forma de ganarse la vida que prostituirse. Su entorno no le deja otra opción. Por si fuera poco, el pequeño mundo que ha creado en su nuevo hogar, relativamente feliz pese a todo, acaba derrumbándose. Un encuentro inesperado lo cambia todo.

Pero los personajes de Maruo no solo son víctimas de un mundo malvado. También ellos mismos perpetran crueldades. Ahí tenemos a la protagonista de La oruga, que termina haciéndole daño a su marido, incapaz de aguantar su situación. O a Hitomi, el escritor fracasado de La extraña historia de la isla Panorama, dispuesto a cualquier cosa por conseguir sus locuras.

La sonrisa del vampiro es también un buen ejemplo. Sus protagonistas, que deben alimentarse de sangre para calmar su sed, matan a sus víctimas de manera terrible. No dudan ni un segundo en acabar con ellas y no se cuestionan la moralidad de sus actos. Pertenecen a otro mundo en el que los humanos son solo su alimento, su diversión. Pero hay más. Su nuevo estado les permite vengarse de todas las ofensas que han sufrido. También castiga el misterioso hechicero que protagoniza Dr. Inugami, y lo hace de la forma más espantosa. Sigue su propia justicia y ética, a veces cuestionables, para que sufran aquellos a quienes considera merecedores de sus castigos.

La crueldad muestra una cara menos sangrienta en Gichi gichi kid. Maruo lo dibujó con intención de dirigirlo a un público más amplio, de ahí que se aleje del sexo explícito y la violencia extrema. Eso no quiere decir, por supuesto, que las historias del manga estén exentas de maldad. Bullying, robos, secuestros…Pero Gichi Gichi siempre está ahí para solucionar los problemas y castigar a los malvados. Eso sí, de una manera más inocente y cómica que en Dr. Inugami.

#3. Un deseo y una ambición desmedidos

El deseo es uno de los pilares fundamentales de los mangas de Suehiro Maruo, sea del tipo que sea. Es el motor de Hitomi, que hace todo lo posible por convertir en realidad su soñada isla Panorama. No le basta con sus sueños: necesita construir un paraíso para su disfrute, en el que la belleza y el horror se dan la mano.

Por el deseo se mueven también los personajes de La sonrisa del vampiro. Sus ansias de sangre los llevan a engañar y seducir a los humanos para conseguir un sustento que los vuelve locos de placer. Su ambición hace que incluso sacrifiquen a sus propios familiares. Además de la sangre, se mueven también, en algunos casos, por un deseo insaciable de venganza. Algunos de los personajes sufren humillaciones y vejaciones que no pueden dejar pasar.

¿Y qué sucede con el mundo del circo, al que pertenecen Midori, Katan y Tomino? Que se rige por estas mismas directrices. Midori vive entre orgías desenfrenadas y sexo. Katan y Tomino, por su parte, se encuentran en un entorno en el que el dinero es lo único que importa. Los freaks, meros objetos en manos de sus dueños, son vendidos al mejor postor. Se los entrena para que consigan beneficios. Los propios personajes lo dicen: el señor Wang, su jefe, solo quiere dinero y mujeres.

El deseo es también uno de los pilares de La oruga. La mujer del general protagonista siente a la vez atracción y repulsión por su marido, pero ambos se dejan llevar por sus impulsos. Y lo mismo sucede con muchas de las víctimas del Dr. Inugami, que se guían por sus propias ambiciones, sin tener en cuenta nada más que su propio disfrute.

Si no lo habéis hecho aún, os animamos a que le deis una oportunidad a Suehiro Maruo. Desde luego, sus perturbadoras historias no os dejarán indiferentes.

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Listado de mangas citadas en este artículo de Suehiro Maruo en Otaku Center:

 

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Sobre el autor...

Xana

Lectora incansable de manga. Me interesan todo tipo de géneros y autores, desde los clásicos hasta los más contemporáneos. Siempre estoy buscando nuevas historias que me impresionen y me trasladen a otros mundos.

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