GENERAL MANGA OPINION

Traducciones artificiales

Nos guste más o menos, el uso de la IA es ya una constante en nuestras vidas. Las inteligencias artificiales han llegado casi de improvisto, y debido a ello todavía no hay ciertas medidas legales para sancionar ciertos comportamientos editoriales. Sin embargo, desde mi humilde posición como redactor en esta web, sí quiero hablar del tema. Obviamente voy a ser crítico con ello, y más a la luz de ciertos acontecimientos que se han revelado recientemente. ¡Hoy hablamos de las IA y las traducciones artificiales!

UNA LACRA DEL SECTOR

Más allá del uso de inteligencias artificiales para traducir textos (tema del que me ocuparé luego), el sector editorial también lo está usando para realizar portadas. De esta forma, con simplemente asignar una serie de palabras clave a la IA, se nos monta una bonita portada que sintetiza los contenidos del libro. Claro está, el algoritmo emplea en muchos casos ilustraciones ya existentes con autoría. De esta forma, se crea una amalgama copiada que difícilmente se puede denunciar con la ley por delante.

Con esta mala praxis, la editora se ahorra unas pelas al no tener que contratar a un ilustrador o portadista. Es más, casi que incluso se puede ahorrar la maquetación, en vista de los resultados que ya se han visto. Por suerte, el público es avispado, y enseguida nota cuando alguna portada se ha hecho mediante IA. Lo más fuerte es que este método lo estén usando gigantes editoriales, que no es que anden precisamente cortos de dinero como para no poder pagar el trabajo de un profesional. Es un comportamiento deleznable que debería ser no solo criticado, sino vapuleado y condenado.

TRADUCCIONES SIN ALMA

Pasando ya al tema que ocupa propiamente este artículo, el mundo del manga también está acusando el uso de IAs traductoras para realizar el trabajo de los profesionales. El caso más flagrante que ha salido a la luz hace apenas unos días es el de Mangaline. La editorial, que recientemente ha resucitado, presentaba un catálogo dividido en varias líneas editoriales. Una de las licencias que más impactó en el fandom fue Petshop of Horrors, obra que jamás imaginaríamos que vería la luz en España. Muchos lectores, claro está, se han hecho con el tomo y cual ha sido su sorpresa al ver la calidad de la traducción…

Apuntan errores por todas partes, literalidad en las palabras, incomprensión de diálogos… Profundizando más en ello, al ir a los créditos de la obra en las páginas finales, se atribuye la traducción a un ente que posee Twitter. Una persona que trabaja para una empresa que, efectivamente, realiza encargos de traducciones por IA. Lo más insultante de esto es que el precio de los tomos de la editorial no son precisamente baratos, en algunos casos superando lo que se considera el estándar en nuestro país.

Ya no se trata de que las traducciones de un manga que se publicará en España las haga un traductor no español (que esto se podría debatir, ya que tu origen no está reñido con tu profesionalidad). Lo que sí resulta reprochable es que una persona que NO se dedica a ello de manera profesional se encargue de una traducción apoyándose, encima, en una inteligencia artificial. Resulta muy obvio al leer cuando un texto resulta demasiado literal. Una traducción es mucho más que eso, especialmente en el manga. Es una adaptación, una reescritura casi del texto, respetando por supuesto la esencia del contenido.

TIEMPO, CARIÑO Y HUMANIDAD

Por eso, a título personal, aprecio enormemente las traducciones hechas con mimo y tiempo. Traducciones que son conscientes de cosas como el contexto histórico de la obra (Yona, Princesa del Amanecer), la edad de sus protagonistas (si son adolescentes emplearán una jerga más joven, como Confuso primer amor) o el humor que impregna la obra (Menstru, tu amiga fiel). Podría seguir dando ejemplos de cómo una traducción es mucho más que la suma de sus partes; es una labor artesanal, que requiere mimo para que así el lector pueda disfrutar de la historia sin arquear la ceja o que le saquen de la lectura por una pésima traducción.

También, y precisamente por ello, me muestro critico con las mal llamadas «traducciones neutras». Partiendo de la base de que realmente no existe un lenguaje neutro, estas traducciones resultan literales y frías. Los personajes se expresan de una forma demasiado correcta, sacándonos del contexto y circunstancias de la obra. Falta vida y alma, como si simplemente se hubieran traducido las palabras sin impregnarlas de una pátina de coloquialidad, como si sus personajes fueran todos miembros excelsos de la RAE.

Motivo por el que no compro obras de Kitsune Manga, por ejemplo. Ya no solo por el uso de esa llamada traducción neutra, sino que encima sus precios están muy por encima de la media. Así pues, no pienso gastarme un euro en una editora que no cuida sus traducciones como debe.

En cualquier caso, la industria del manga, por suerte, cuenta con buenísimos profesionales que nos hacen gozar de lecturas amenas, fluidas y con una calidad excelente. Nosotros, como clientes, tenemos la elección de decidir si apoyamos a profesionales de verdad o a intrusos que emplean máquinas para realizar su trabajo de una forma más rápida (y por tanto de menor calidad), cobrándonos eso sí el precio habitual (o más).

¡Hasta aquí este artículo! ¿Qué opináis vosotros de las traducciones artificiales? ¡Os leemos!

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Sobre el autor...

Yer Wells

Lector de manga desde hace más de diez años y habitual redactor sobre este campo. Me maravillan las historias raras y busco sorprenderme en cada lectura. Lo mainstream no está reñido con la calidad.

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