Give my regards to Black Jack
Black Jack ni yoroshiku (ブラックジャックによろしく)
Seinen / Drama, Costumbrismo
Sekai
2 de julio de 2021
Tomo B6 (130x180) rústica (tapa blanda) con sobrecubierta
208 págs. B/N + 8 a color
Give my regards to Black Jack nos cuenta la historia de Eijiro Saito, de 25 años, que acaba de terminar la licenciatura en medicina en la Universidad Eiroku y acaba de comenzar sus prácticas como médico en el Hospital Universitario Eiroku cobrando una auténtica miseria por su trabajo.
Saito vivirá en carnes la cruda realidad de la medicina japonesa y deberá de intentar sobrevivir en un entorno hostil dónde se valora más el beneficio económico que valores humanitarios en el ejercicio de la medicina.
REGRESA EL DRAMA MÉDICO MÁS DURO DEL MANGA
Corría el año 2003 cuando la extinta editorial Glénat comenzó a publicar este polémico manga de Shuho Sato. Polémico porque retrataba con fiereza y ojo crítico las duras condiciones del sistema sanitario japonés, lo que no sentó bien a ciertos peces gordos del sistema. La obra contó con un total de 13 tomos, que la editorial publicó al completo al precio de 9.95 € por tomo. Cuando Glénat quebró, puso a la venta la obra completa en un jugoso pack a precio irrisorio. Muchos aprovecharon la oportunidad para hacerse con la colección y disfrutarla. Ahora, más de quince años después, la reciente aparecida editorial Sekai recupera esta obra magna del manga con una nueva traducción, nuevo título, cambios en las portadas y un precio, curiosamente, inferior al de entonces. ¿Aguanta el paso del tiempo la obra de Sato? ¡Vamos a verlo en esta reseña de Give my regards to Black Jack!
LA ÉTICA DE UN PROFESIONAL DE LA MEDICINA
Nuestro protagonista, Eijiro Saito, con 25 años, comienza sus prácticas en el Departamento de Cirugía de la prestigiosa Universidad Eiroku. Su ilusión y sus ganas pronto se verán arrasadas por la oscuridad más absoluta cuando deba enfrentarse en solitario a su primer paciente gravemente herido tras un accidente de tráfico. No comprende cómo el jefe de sección es capaz de dejar a un novato en prácticas solo en una guardia nocturna. Así, Saito no se ve capaz de hacer frente a la situación y se paraliza. Se promete a sí mismo endurecerse, pero a veces hay elementos que juegan en contra más allá del propio ser humano.
Pronto conocerá la terrible verdad detrás del sistema sanitario, que prima el beneficio económico por delante del valor de las vidas de sus pacientes. Se toman decisiones únicamente pensando en abaratar costes o ganar más dinero, dejando la salud de los clientes en un discreto segundo plano. Eijiro Saito aprenderá a marchas forzadas que la ética de los médicos transita constantemente en una escala de grises muy cercana al negro más profundo. Con todo, él pretende seguir luchando contra viento y marea por el bien de sus pacientes, aunque no siempre las circunstancias sean las propicias y la corrupción instalada en el sistema actúe en su contra.
MÉDICOS CON LIMITACIONES
Si os preguntáis si esta obra ha aguantado el paso de los años, la respuesta es un sí rotundo. A pesar de que el sistema de sanidad japonés ha mejorado notablemente desde entonces, esta obra sigue vigente. Cabría incluso preguntarse si el manga de Shuho Sato no ha tenido algo que ver en los cambios que poco a poco se han instaurado en la medicina nipona. Give my regards to Black Jack sigue resultando escalofriante, dura y complicada, pero ahí radica precisamente su valor.
A lo largo de sus trece tomos iremos viendo cómo Saito, nuestro ingenuo pero valiente protagonista, irá rotando por diversos departamentos médicos (cirugía, medicina interna, oncología, neonatología…). Mientras, el lector irá conociendo los entresijos, las mentiras y la corrupción que se ocultan detrás de cada servicio. El autor se basa no solo en la propia experiencia personal sino también en la documentación y las investigaciones que ha hecho, aportando datos y estadísticas verídicas que impregnan al manga de una crueldad y verdad todavía mayores si cabe.
Porque cuando lo que estamos leyendo va más allá de la ficción, golpea con más dureza. No nos engañemos, Give my regards to Black Jack no es una obra sencilla de leer. Causa malestar, impacta y sobrecoge al lector. El grafismo de Sato también contribuye a crear estas terribles sensaciones, con rostros desencajados, expresiones oscuras en los médicos corruptos y habitaciones desangeladas donde la muerte parece campar a sus anchas.
LA EDICIÓN DE SEKAI
Sekai Editorial no ha sido nada tonta al optar por esta licencia. En primer lugar, porque es el propio autor, Shuho Sato, quien posee los derechos de sus obras, al no estar ya adscrito a ninguna editorial japonesa. Por ello, el proceso de contratación de la licencia resulta más rápido y sencillo. Es más, Sato ha subido sus obras gratuitamente a Internet, en japonés eso sí, para que todos puedan disfrutarlas. Es bien sabido que este mangaka alberga desde hace tiempo una lucha contra el sistema tradicional de publicación, que alega que limita la difusión de la cultura.
En segundo lugar, porque la obra es atemporal. Rescatarla y darle una nueva oportunidad en nuestro país es una decisión acertada para aquellas nuevas generaciones que en su día no la disfrutaron. Su edición es básicamente correcta, incluyendo las páginas a color y con un buen gramaje de papel.
Eso sí, convendría destacar también que la labor de corrección y revisión de textos, pese a haber mejorado con respecto a aquellas primeras imágenes mostradas, sigue adoleciendo de fallos graves. Exclamaciones inexplicablemente en cursiva, comas mal colocadas, fallos ortotipográficos puntuales… No son demasiados, afortunadamente, pero igualmente entorpecen un poco la lectura, y no debería ser así cuando la editorial cuenta con correctores en sus filas.
En definitiva, el contenido de la obra sigue resulta imprescindible a día de hoy, pero esperemos que Sekai, con el tiempo, vaya puliendo esas pequeñas cositas que alejan a esta obra de la perfección que sin duda merece. Y vosotros, ¿os atrevéis a conocer el sistema sanitario japonés?
¡Hasta aquí nuestra reseña de Give my regards to Black Jack! ¡Contadnos qué os ha parecido y si conocéis esta obra!
Comentar