Tras meses de incertidumbre y un clamor popular entre los aficionados españoles, llega a nuestro país Made in Abyss, una de las piezas más impactantes de los últimos años y que se ha convertido en todo un título de culto. Es la obra del momento.
Made in Abyss comenzó su andadura como manga en 2012, año en el que empezó a publicarse en la página Web Comic Gamma de la editorial Takeshobo (sí, los mismos de Pop Team Epic) de la mano de Akihito Tsukushi, un autor cuya única obra anterior fue un tomo titulado Star Strings yori.
La historia de su primera serie larga se sitúa en una isla en la que existe un inmenso y misterioso abismo donde se han encontrado artefactos y restos de una antigua civilización, lo que ha provocado que muchos se aventuren dentro a pesar de los peligros que supone, especialmente la enfermedad llamada “la maldición del abismo”. Riko es una niña huérfana cuya madre desapareció en ese lugar y que siempre ha deseado convertirse en una exploradora tan buena como lo fue ella; cuando en una de sus expediciones encuentra a un joven robot humanoide, decide emprender un viaje a las profundidades del abismo para buscar a su progenitora, a pesar de saber que probablemente nunca volverá.
El manga consiguió pronto un gran éxito entre los lectores gracias a sus muchas virtudes: un dibujo lleno de personalidad y alto nivel de detalle, una historia llena de aventuras, personajes carismáticos… Pero, seguramente, uno de los motivos de su popularidad es el contraste entre su estilo visual, entrañable, con la dureza de muchos de sus pasajes. A pesar de su espíritu aventurero, Made in Abyss también es un drama que no se espanta a la hora de describir escenas crudas, lo que consigue convertir el abismo en un lugar fascinante no sólo por su belleza y misterio, sino también por los peligros que acechan a nuestros protagonistas. La tensión creciente a medida que descienden es palpable, ya que el riesgo de que encuentren su muerte aumenta a cada paso de su aventura… no es obra para estómagos sensibles, desde luego.
Hasta ahora, el manga cuenta con seis tomos recopilatorios y ha sido nominado a los prestigiosos premios Manga Taishô. Si bien la fama de Made in Abyss era relativamente grande, en 2017 se disparó a nivel mundial gracias a la adaptación animada que se estrenó en la temporada de verano. Kinema Citrus (Barakamon, Tokyo Magnitude 8.0) fue el responsable de producir los 13 episodios del anime, que cubre más o menos los tres primeros volúmenes del manga. Huelga decir que su trabajo fue memorable.
La serie retuvo todas las virtudes de la obra original, adaptándola fielmente salvo algunos pequeños cambios, como introducir algún matiz argumental antes o suprimir algunas escenas de desnudos. El apartado audiovisual fue espectacular, con una animación muy cuidada, unos escenarios apabullantes y, sobre todo, una banda sonora sobrecogedora compuesta por el jovencísimo Kevin Penkin, de lo mejor que hemos podido escuchar en un anime en este siglo. Momentos como la “operación” del episodio 10 o la totalidad del 13, que además tuvo una duración de 46 minutos, merecen perdurar en la historia de la animación japonesa; después de todo, se le considera uno de los mejores animes de los últimos tiempos y fue uno de nuestros favoritos el año pasado sin discusión alguna.
La fama de Made in Abyss se catapultó a nivel mundial y, como no podía ser de otra forma, la licencia del manga comenzó a aparecer en las agendas de las editoriales extranjeras. Mientras que en Estados Unidos fue Seven Seas quien se llevó el gato al agua, publicando la primera edición occidental de la obra en enero de 2018, la cosa no estaba tan clara en nuestro país a pesar del clamor popular.
En un primer momento, la campaña en las redes sociales de los aficionados hizo especial hincapié en la editorial Milky Way como candidata número uno para traer el manga; aunque se mostraron interesados al principio, acabaron descartando su publicación al no ser exactamente como el anime y tener algunas características no aptas para su línea editorial (supuestamente, desnudos de menores y violencia demasiado explícita).
A pesar de este jarro de agua fría, en febrero surgió una nueva esperanza: Ivrea Argentina anunció la licencia de Made in Abyss para el país sudamericano. Normalmente, la editorial suele licenciar las mismas obras tanto allí como en España siempre que es posible, por lo que su publicación aquí parecía ganar puntos… pero la tardanza en anunciarlo por estos lares, sumado al hecho de que el proceso habitual de Ivrea es hacerlo antes en España que en Argentina, sembró algunas dudas. Aunque podría deberse a que otra editorial se les había adelantado.
En abril la situación dio un giro inesperado. A través de Twitter y respondiendo a las preguntas de un usuario, Anabel Espada, de Norma Editorial, confirmó que ellos no eran los encargados de traer Dr. Stone… ni Made in Abyss, lo que confirmó que el manga estaba licenciado en nuestro país. Esto parece que provocó que Ivrea se decidiese a anunciar ambas obras a los pocos días, dando fin al culebrón.
¿Y cómo llega Made in Abyss a nuestro país? Pues en una edición exacta a la japonesa: su principal característica es el formato, con tomos A5 (150×210), un tamaño mucho mayor que la mayoría de obras publicadas en nuestro país y que es exacto al de las ediciones kanzenban (lo que justifica el precio de 9,90€ el volumen), perfecto para apreciar al máximo el excelente dibujo.
¿Quieres vivir una de las aventuras más fascinantes y duras de los últimos tiempos? Pues no te pierdas Made in Abyss, estamos seguros de que se convertirá en un manga inolvidable.
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