MANGA

La Cantina de Medianoche de Yaro Abe, el calor del amor en un bar

La cantina de medianoche 1. Tokyo Stories Book Cover La cantina de medianoche 1. Tokyo Stories
Tokyo Stories
Yaro Abe
Seinen, Slice of Life
Astiberri
Mayo 2019
Rústica con Solapas
296

Esa minúscula taberna no tiene nombre, su dueño tampoco. Sin embargo, en el barrio de Shinjuku, todo el mundo los conoce. Abierta desde las doce de la noche hasta las siete de la madrugada, acoge a los noctámbulos de Tokio: boxeadores, prostitutas, actores porno, policías y yakuzas acaban allí para tomar sake, caldo, ramen o sopa de miso, según lo que haya en la cocina. Cada plato da lugar a un encuentro, una historia.

Si en El gourmet solitario, de Taniguchi y Kusumi, la comida se disfruta en solitario y en silencio, en el manga de Abe sirve para romper el hielo, para desatar el diálogo entre los urbanitas acostumbrados a callarse y a mirarse los zapatos. Entre salsa de soja y algas secas nacen anécdotas, risas y confidencias.

La cantina de medianoche es un éxito en Japón, donde se han producido dos películas basadas en el manga, que también tiene serie televisiva en Netflix, con el título Midnight Diner: Tokyo Stories.

España y Japón son países separados por miles de kilómetros y un buen puñado de diferencias culturales y, sin embargo, hay un innegable punto de encuentro entre ambas naciones, con dos pueblos que comparten una devoción común por la comida y, aguanta ahí, los bares.

De manera impepinable, cualquier habitante de nuestra geografía, por pequeña que sea, tiene su pequeño rincón espiritual en forma de trabajadísimo hueco en una barra, en el que compartir con amigos y parroquianos cañas, vinos, raciones y tapas pero, también, confesiones, apoyo y solaz. Pues resulta que nuestros lejanos vecinos nipones no son tan diferentes a nosotros en ese aspecto.

Bares, qué lugares… La Cantina de Medianoche de Yaro Abe

Esa, precisamente, es la premisa de La cantina de Medianoche: Tokyo Stories, de Yaro Abe (Astiberri), un manga alejado de los parámetros más arquetípicos del manga de éxito al que estamos acostumbrados por estos lares. Entre otras muchas virtudes, La Cantina de Medianoche nos permite asomarnos de manera desenfadada a la cotidianidad de habitantes anónimos de la capital nipona a través de un nexo común, una cantina nocturna -y un tanto alevosa- que es testigo de historias que van de lo más intimista a lo desatado.

La cantina sin nombre que protagoniza esta serie la regenta un también anónimo y peculiar caballero, con el rostro atravesado por una cicatriz, que ha establecido unas normas sencillas y directas: “el local abre desde las doce de la noche hasta las siete de la madrugada. En la carta solo hay caldo de cerdo, pero la gente pide lo que quiere y, si se puede hacer, lo preparo con mucho gusto”. Este arranque da lugar a una interesantísima exploración de la gastronomía japonesa y, a la vez, a una galería de individuos que vienen, van y se cruzan entre ellos.

la cantina de medianoche
‘La Cantina de Medianoche: Tokyo Stories’ (Astiberri)

 

Cada noche, una nueva historia en la cantina de medianoche

La serie de Yaro Abe mantiene un formato episódico, en el que cada relato tiene como leiv motiv un plato y, con él, la historia del cliente o clientes que lo solicitan. En algunos casos, se trata de una receta más o menos canónica. En otros, surge de improvisar con los ingredientes de los que dispone el carismático tabernero-chef-confesor.

Aunque sería fácil afirmar que la comida es una excusa detonante de situaciones, y algo de eso hay, lo cierto es que esta cuenta por propio derecho con una cuota de protagonismo que hace de este un manga diferente y terriblemente adictivo. Al fin y al cabo, una de las maneras más interesantes y completas de conocer un lugar y sus habitantes es a través de la cocina.

Los parroquianos de la Cantina

Si trasladásemos el cuadro Nighthawks de Edward Hopper a la cultura japonesa y continuásemos esa viñeta pictórica como solo puede hacer un medio como el cómic, lograríamos una aproximación bastante precisa a lo que propone Yaro Abe con este La cantina de medianoche. El cómic está habitado por la diversa fauna que puebla las noches del barrio tokiota de Shinjuku: oficinistas, prostitutas, locutores radiofónicos, estrellas de la televisión venidas a menos, taxistas, yakuzas… aves nocturnas de variado plumaje que llenan de sabor unas páginas en las que casi todo es posible.

La cantina de medianoche en Japón

La cantina de medianoche es todo un fenómeno editorial en Japón, donde lleva publicada una veintena de volúmenes desde 2006, así como dos películas y una serie de televisión de imagen real, Midnight Diner: Tokyo Stories, disponible en Netflix, que no solo es una excelente adaptación, sino toda una delicia audiovisual.

 

la cantina de medianoche
‘Midnight Diner: Tokyo Stories’ – Disponible en Netflix

 

Como nos lo cuenta Yaro Abe

Este seinen, con su dibujo sencillo pero eficaz, su desarmante sinceridad y sus dosis de humor y surrealismo triunfa a la hora de captar la mística universal de todo aquello que solo es posible cuando el sol se ha escondido y la noche está bien avanzada. Además, sin la necesidad de caer en tópicos ni lugares comunes. Es un manjar que cada uno puede degustar a su propio ritmo, y que exige muy poco al lector, si acaso una pizca de complicidad.

No es necesario ser fan de la cultura o la gastronomía japonesa para disfrutar de este manga. Su universalidad radicada en personajes y situaciones trazados con una magistral humanidad y esto le ha permitido cruzar fronteras de todo tipo. Y, sin embargo, ello no hace que quienes sí lo son pongan en valor que no es fácil encontrar una obra que retrate con tanto acierto la intimidad de una sociedad que, para muchos sigue resultando hermética y algo distante. Solo por eso, La cantina de medianoche valdría la pena.

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Sobre el autor...

Alex Serrano

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