Junji Ito se ha ganado a pulso que lo consideremos uno de los maestros del manga de terror. Son muchos los títulos en los que ha demostrado una imaginación sin límites para lo grotesco y lo sombrío. Tomie, Hellstar Remima, Black paradox, los volúmenes de Relatos terroríficos, Gyo…
Hay tanto donde escoger que es imposible quedarse solo con uno. En ellos, Junji Ito nos muestra maldiciones de todo tipo, terroríficos monstruos y apariciones, paisajes misteriosos y situaciones que escapan al control de los personajes. Muchas veces, además, aderezados con un humor muy particular, como se aprecia, por ejemplo, en Aula demoníaca, publicado por Tomodomo. Aunque la mayoría de los mangas de Junji Ito los podemos disfrutar en español gracias a ECC.
Junji Ito, maestro del manga de terror
Las historias de Junji Ito son muy originales, sí. Es increíble la capacidad que tiene para sorprender al lector con tramas tétricas e inquietantes. Sin embargo, no solo es capaz de trasladarnos a su tenebroso mundo de pesadilla, tan retorcido. También se mueve como pez en el agua cuando se trata de trasladar a sus viñetas historias que otros imaginaron. Eso es lo que hace, precisamente, en las dos obras de las que os vamos a hablar hoy: Frankenstein e Indigno de ser humano. Dos novelas muy diferentes que Junji Ito lleva a su terreno con mucho acierto sin perder la esencia de los originales.
#1. Cuando la ambición nos hace superar los límites: Frankenstein
Frankenstein, considerada una de las primeras novelas de ciencia ficción, es una obra llena de matices. Mary Shelley escribió una historia muy rica e inagotable en la que, a través de Víctor Frankenstein y su criatura, nos habla de diversos temas. La ambición desmedida y sus consecuencias, la soledad, el rechazo hacia lo diferente, la ciencia, la moral, la venganza… Por eso, adaptarla a cualquier medio y hacerlo bien es una tarea muy difícil. Pero Junji Ito no se dejó amedrentar y logró llevar a sus viñetas, con bastante éxito, lo que Mary Shelley ideó, hasta el punto de que su versión de Frankenstein se alzó con importantes premios.
¿Y de qué forma lo hizo? Siendo fiel a la novela, pero sin perder su esencia ni ese toque personal tan característico. Es ese el interés que tiene el manga de Junji Ito: la historia no es suya, pero sí la forma de enfrentarse a ella. Cuando nos adentramos en las páginas de su versión, reconocemos la trama, a los personajes, la forma en que se narran los hechos. Al igual que en el Frankenstein original, el cómic empieza en el Ártico, con la llegada de Víctor Frankenstein al barco de una expedición que se afana por recorrer esas tierras tan inhóspitas. Y, a partir de ahí, Junji Ito nos relata esa historia que tan bien conocemos. Los temas de los que nos habla Mary Shelley están en sus viñetas, aunque con un tratamiento distinto debido al medio que Ito utiliza. Pero sentimos el miedo y las dudas de Frankenstein, la soledad y la tristeza del monstruo, y asistimos de nuevo a la lucha que ambos mantienen.
Víctor Frankenstein y su criatura en manos de Junji Ito
No obstante, Junji Ito se permite ciertas libertades para incidir en los aspectos más oscuros de la novela. Hay muchos detalles del final que salen de su imaginación y que le aportan un toque aún más tétrico y terrible a la historia de Frankenstein y su criatura. Por no desvelar mucho, solo diremos que hacen más espeluznante la labor del protagonista y más profunda la soledad del monstruo.
Por supuesto, otro de los puntos fuertes del manga es el dibujo de nuestro mangaka. Todo lo que, como lectores, imaginamos al leer la novela de Mary Shelley se encuentra ante nuestros ojos. Los pasos que Víctor Frankenstein tiene que seguir para alcanzar sus objetivos, el aspecto aterrador del monstruo, la amenaza que este supone, al final, para su creador. Es en estos detalles en los que Junji Ito despliega toda su creatividad para impregnar la historia con su visión personal y su buen hacer como dibujante de terror.
Sobrecubierta de Frankenstein
#2. La historia de una vida turbulenta: Indigno de ser humano
Con Indigno de ser Humano, una de las novelas más importantes de la literatura japonesa contemporánea, parecía que Junji Ito se estaba alejando de su terreno. Al fin y al cabo, en Frankenstein tenemos a una criatura monstruosa, mucho más vinculada con sus trabajos habituales. Pero en Indigno de ser humano no encontramos esos seres extraños, esas maldiciones y esas situaciones que hielan la sangre y que tanto le gustan a Junji Ito.
Osamu Dazai nos cuenta en su novela la historia de Yozo, un joven que lleva una vida disoluta, llena de vergüenza y desesperación. A lo largo de los diferentes cuadernos que la componen, acompañamos al protagonista en su proceso de degradación. Mentiras con las que fingir delante del resto, adicción al alcohol y la morfina, engaños, intentos de suicidio, relaciones turbulentas… Dazai se valió de varios episodios de su propia vida para escribir una obra desgarradora que hoy en día sigue siendo muy popular en Japón.
Sin embargo, en Indigno de ser humano hay muchos elementos sobrecogedores. Yozo vive sumido en una preocupación y un miedo constantes. No quiere que los demás se percaten de que es incapaz de entender la forma de vivir de los seres humanos. Se vale de sus tonterías y actúa para que los demás lo acepten. Pero nada de eso le sirve: al final, se ve arrastrado por una espiral de autodestrucción y desesperación que le hace tocar fondo, en muchos sentidos. Y es en ese proceso en el que Junji Ito encuentra lo que necesita para llevar la novela de Dazai a su terreno y hacer su propia lectura. Porque, a veces, nuestra propia vida puede ser tan aterradora como lo sobrenatural.
Yozo: una existencia llena de sombras
En el caso de Indigno de ser humano, Junji Ito se permite dar rienda suelta a su imaginación de una manera mucho más evidente que en Frankenstein. También respeta la novela de Dazai y en el manga aparecen reflejadas, a veces literalmente, muchas de las escenas del libro. Sin embargo, para hacer aún más desdichada la vida de Yozo, Ito profundiza en muchos personajes y situaciones que Dazai menciona de pasada. Además, inventa otros nuevos y retuerce, a su manera, la relación entre el protagonista y quienes están a su alrededor. De esa forma, la esencia del original se mantiene, pero sin dejar a un lado la visión particular del mangaka.
La mirada de Junji Ito queda patente, por ejemplo, en las pesadillas. Su adaptación de Indigno de ser humano está plagada de alucinaciones y sueños llenos de angustia, muchas veces grotescos. Y también de fantasmas. Los que persiguen a Yozo en la novela de Dazai se vuelven mucho más reales en el manga de Junji Ito. Toman un rostro y un nombre, ya no son solo dolor, desesperación, la sensación de no encajar. Yozo comete muchos errores, algunos bastante graves, y se lleva consigo varias vidas que se niegan a darle un respiro. En sus peores momentos, esos fantasmas lo acosan y lo hunden aún más en el pozo en el que se encuentra.
Y, por supuesto, el estilo de Junji Ito vuelve a tener un papel importante. Algunos de los personajes poseen un aspecto deforme o grotesco. El propio protagonista, cuando se ve superado por una situación, esboza gestos inquietantes. Por no hablar de sus cuadros, un reflejo de su alma atormentada. Como en el caso de Frankenstein, los aspectos más angustiosos de la novela de Dazai cobran vida ante nuestros ojos y se nos revelan aún más espeluznantes.
Personaje y autor, frente a frente
Otro de los aspectos más destacables del manga de Junji Ito es que permite que Yozo y Dazai se encuentren. La línea entre realidad y ficción se vuelve muy fina. Yozo no forma parte de la imaginación del escritor, sino que es alguien real, con muchos problemas. Al igual que el autor. Y eso les permite entablar una relación en la que ambos encuentran cierto consuelo, pese a todas las cosas que los atormentan.
Además, Junji Ito mantiene la idea del álter ego, y eso también es interesante. Si el Yozo de la novela es un trasunto de Dazai, en el manga ambos se sienten identificados. Nada más ver al escritor, sin saber todavía quién es, el protagonista tiene la sensación de estar contemplándose a sí mismo. Y ambos influyen el uno en el otro de manera inevitable.
¿Habéis leído estos dos mangas de Junji Ito? ¿Qué os han parecido? Desde el blog de Otaku Center, os animamos a que les deis una oportunidad y a que compartáis con nosotros vuestras impresiones.
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