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Opinión: Re:Creators, libre albedrío y conflicto

Por Yer_Wells

¿A quién no le encantaría que sus personajes de ficción favoritos aparecieran de repente, sin previo aviso, en el mundo real? Es lo que propone Re:Creators, anime creado por Troyca que presenta un dilema: ¿pueden rebelarse las creaciones contra sus creadores?

Re:Creators se centra en Sota, un estudiante como otro cualquiera, apasionado de la cultura otaku y que disfruta enormemente con su serie favorita, protagonizada por la guerrera Selesia Upitiria. Cuál será su sorpresa cuando, debido a un glitch informático, se ve transportado al mundo en el que ocurre su anime preferido. Allí se encuentra con una extraña joven uniformada con ropa militar que le ataca, muchacha a la que parece reconocer; sin embargo, tras este fugaz acontecimiento, Sota vuelve a su mundo, pero ya no se encuentra solo: Selesia le acompaña. Ella es sólo la primera de una serie de creaciones de ficción que irán llegado paulatinamente a la Tierra por distintos motivos.

Re:Creators me parece uno de los mejores animes que se han emitido este 2017. Pero lejos de ser este un mero artículo de opinión en el que os pretendo convencer de su visionado (que también), me centraré más en cuestiones morales y filosóficas que se plantean acerca de la relación bidireccional que se produce entre la creación y el creador, uno de los pilares fundamentales bajo los que se apoya este anime, más allá de sus impresionantes escenas de acción.

Numerosos pensadores, a lo largo de la Historia, han escrito ríos de tinta sobre el llamado “libre albedrío”, concepto que realmente no se puede atribuir a nadie per se, ya que ha sido proclamado por varios frentes. Así, mientras algunos nombres como Marx, Nietzsche o Schöpenhauer criticaban duramente este indeterminismo filosófico, otros defendían este individualismo personal como un rasgo distintivo inherente a cada persona.

Antes de meternos de lleno en la relación que hay entre este anime y el libre albedrío (que la hay, aunque no lo parezca), quizá convenga pararnos un momento a definir brevemente dicho postulado.

El “libre albedrío” es la creencia que sostiene que cada persona tiene el derecho y la libertad de tomar sus propias decisiones; esto choca frontalmente con el pensamiento de los filósofos arriba mencionados, que argumentaban que ese individualismo no es correcto y que hay ciertas disposiciones que vienen condicionadas por acontecimientos previos que generan a posteriori una resolución ya precondicionada. Así pues, la total libertad sería un mito.

En Re:Creators se plantea este dilema de una forma muy sutil. Todos los personajes de ficción que aterrizan en la Tierra gozan ahora de la capacidad de actuar como les venga en gana, puesto que ya no están condicionados por el guión de ningún creador o guionista que les “obligue” a seguir el curso de una historia, aún cuando esta pueda resultarle dañina. En cambio, tras su llegada al mundo real, y tras haberse dado cuenta de su situación, muchos se plantean si no será mejor esta nueva realidad, desconocida pero no predeterminada, a seguir anclado en una historia que ya conocen y aborrecen.

No en vano, en la serie, a los creadores les llaman Dioses, nomenclatura potenciada, claro está, por la visión parcial que tienen los personajes de ficción que no han conocido otras circunstancias más allá de las escritas por sus venerados creadores; una entelequia que hasta ahora no se habían planteado con otros fines más allá de “entretener al espectador o lector”.

Así, a medida que la trama avanza y los acontecimientos se suceden, se van generando una serie de bandos ante la gran guerra que se avecina. Mientras algunos personajes entienden la necesidad de realizar el bien común y ejecutar la acción correcta, por mucho que les pese y sabiendo las consecuencias que les reportará, otros deciden rebelarse contra el sistema establecido y cambiar el curso de su consabida historia, uniéndose al gran “villano” que pretende llamar a su causa a todos aquellos descontentos con su destino.

Sin embargo, lejos de ser esto una batalla maniqueísta entre el orden establecido y la imperiosa necesidad de romper las cadenas del ente creador, cada personaje, mediante afilados diálogos y demás circunstancias que rodean a su personalidad y su historia original, va adquiriendo sus propios motivos para unirse, o no, a esta lucha entre la moralidad y la rebeldía contra el “sistema”.

Y en medio de todo este tumulto de posicionamientos, preparativos y formas de aproximarse a la verdad, tenemos a un personaje que se plantea como, quizá, el más interesante de todos: Magane. Esta muchacha, vestida de colegiala, sólo quiere “ver el mundo arder”, como diría el Joker; para ello, nunca se posiciona en ninguno de los múltiples bandos que la historia va gestando: simplemente aprovecha su recién estrenada condición de ciudadana libre para sembrar el caos allá por donde pasa y disfrutar de los placeres terrenales que le ofrece su nueva vida en Japón. Sin embargo, el aburrimiento provoca que acabe por introducirse (a su manera, eso sí) en los acontecimientos principales; para ello, no duda en hacer uso de toda clase de trucos y estratagemas para mantener el nivel de interés de la trama en todo momento y poner contra las cuerdas a los personajes, con el único fin de pasar un buen rato.

Magane hace, sin duda, un perfecto uso de toda máxima que debe tener cuenta el buen escritor: sin conflicto no hay historia. Así, mientras el externo está bastante claro (la batalla que subyace a toda la trama), el interno viene dado por las razones que cada personaje esgrime para luchar, que no se mantienen estáticas ya que, a medida que vamos adquiriendo nuevos datos y conocimientos y nuestra percepción del mundo va cambiando, replanteamos nuestras decisiones.

Así, se postulan dos máximas que dan sentido y articulan los argumentos de Re:Creators. Por un lado, aquella de “el hombre es un lobo para el hombre”: podría parecer que por el mero hecho de ser todas creaciones de ficción y poder revelarse contra sus creadores, quienes les han hecho sufrir, se unirían en un frente común contra lo establecido; sin embargo, surgen rencillas entre ellos, a consecuencia de sus diferentes formas de pensar y actuar ante los hechos.

Por otro lado, tenemos aquello de “el fin justifica los medios”. Está claro que hay una gran “villana” detrás de todo esto; incluso sus motivos, cuando los conocemos, permiten entenderla un poco más y convertirla en un personaje realista más allá del típico “hacer el mal por hacer el mal”. Sin embargo, ya es demasiado tarde: las acciones previas han condicionado su destino. ¿Podemos estar entonces hablando de una mezcla entre libre albedrío y condicionamiento externo? Seguramente, ya que como exponía con toda la razón el filósofo Aristóteles, “la virtud está en el término medio”.

En cualquier caso, y apartándonos ya un poco de la filosofía, la ética y la moral, Re:Creators nos plantea situaciones muy interesantes que van más allá de lo habitual. Su visionado, denso y cargado de largos y rápidos diálogos, no satisfará a quien busque un ligero entretenimiento para pasar el rato, pero sí a quienes esperen algo más y disfruten con la historias complejas y enrevesadas que potencian a los personajes y les dan tridimensionalidad, haciendo de la historia un telón de fondo que adquiere un interés mayor de lo que en principio cabría esperar de un argumento tan manido.

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Sobre el autor...

Dan

Amante del manga, anime y videojuegos por partes iguales... Lleva dando guerra en blogs como "Noticias Otaku Center" y "Deculture", o en podcasts como "Apocalipsis Friki" desde hace más de 5 años.
Ahora, en Omega Center Blog, al frente de todo lo que acontece en el país nipón.

1 Comentario

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  • Buenas tardes, estoy de acuerdo con tu opinión de que la serie posee una premisa harto interesante. Diría sin lugar a dudas que es lo más innovador del año en ese aspecto. Sin embargo, hablamos demasiado bien de ella e incluso le tildas de «sutil». No puedo tomar esta serie como sutil cuando abusa de la exposición (de boca de Meteora) todo el rato, sin dar apenas pausas y explicando todo hasta el más mínimo detalle. Más sutil habría sido explorar los temas por medio de situaciones que por tal cantidad de monólogos y diálogos tan sumamente largos.

    No por nada esta serie perdió el interés de la gente en los primeros episodios, aunque la mayoría no supiera exactamente el porqué. Más allá claro de que los personajes son estereotipos de las historias de Light Novel y videojuegos, lo cual supone otro problema. También resulta bastante gracioso como en los primeros episodios necesitaban forzar combates para tener alguna lucha por episodio. Tal como el caso de la chica mágica quien solo con un comentario se enfada de repente y empieza a luchar alrededor del edificio.

    Saludos