ANIME GENERAL MANGA

Mangakas que pertenecen al colectivo LGTB+

Todos tenemos una idea, por pequeña que sea, de lo complicado que es formar parte de grupos minoritarios en nuestra sociedad. Las cosas van mejorando muy poco a poco, pero en países como Japón esos avances son algo más lentos. Pese a ello, en los últimos años el movimiento y las reivindicaciones son cada vez mayores. Como os podéis imaginar, hay muy pocos mangakas que pertenecen al colectivo LGTB+ abiertamente. Las circunstancias de cada país son diferentes, y desde fuera no somos quienes para juzgar. Pero sí podemos celebrar y admirar a aquellos autores que han decidido contarnos, por sí mismos y a través de sus obras, que forman parte la comunidad.

LA SITUACIÓN DE LOS DERECHOS LGTB+ EN JAPÓN

Si echamos un vistazo a la situación en que se encuentra ahora mismo el colectivo LGTB+ en Japón, en seguida nos damos cuenta de que el mayor impedimento hacia unos derechos igualitarios es la pasividad. La homosexualidad en el país fue criminalizada durante un breve período de tiempo, entre 1872 y 1880, pero desde entonces nunca más fue perseguida. Lo que sin duda llama la atención es el hecho de que el matrimonio entre personas del mismo sexo no sea legal todavía. Nos sorprende todavía más al saber que es el único país del G7 en el que no lo es. Y no es porque los legisladores estén en contra, pues el año pasado un Tribunal del distrito de Sapporo declaró inconstitucional el hecho de que las parejas del mismo sexo no puedan casarse.

La sociedad japonesa tampoco es especialmente negativa a otorgar este derecho. En una encuesta realizada en el 2019 se comprobó que casi el 70% de la población estaría a favor de esta igualdad, y sólo un 20% en contra. La Constitución de Japón no establece una limitación en base al tipo de relación a la hora de casarse, pero sí su Código Civil.

Lo que sí se ha conseguido, pero que es más bien un parche que una solución, es crear un «sistema de asociación/alianza», que reconoce a parejas del mismo sexo. Es una ayuda a la hora de vivir el día a día, como por ejemplo hacer visitas al hospital, pagar el alquiler y las facturas, pero no tiene ningún peso legal más allá.

Otro derecho del que no disponen es el de adoptar. Para las parejas del mismo sexo está prohibido, como también lo está para las mujeres lesbianas o solteras acceder a la inseminación artificial. La primera ciudad en permitir a una pareja del mismo sexo ser parientes de acogida fue Osaka, en el 2017.

Por otro lado, en el 2003 se aprobó una ley por la que se permitían las cirugías de cambio de sexo. También permitía cambiarse legalmente el género en el documento de identidad, aunque bajo el requerimiento de que te fueras a someter a la cirugía de reasignación. Esto soluciona parte del problema, pero es un impedimento para aquellas personas trans que, por los motivos que sean, no quieren o no pueden someterse a esa intervención. Algunos de los jueces que aprobaron esta ley, defensores de la igual, la diversidad y la no discriminación, anunciaron públicamente que esos requerimientos eran invasivos y debían revisarse, pero hasta ahora no ha habido reformas.

Para terminar con algo más positivo, os contamos que el desfile del orgullo más popular en Japón se celebra anualmente en Tokyo desde el 2012. Le llaman el Tokyo Rainbow Pride y cada vez cuenta con más asistentes. También son cada vez más numerosos los eventos y exposiciones sobre el colectivo. Aun queda mucho por recorrer en cuestión de derechos, pero se han dado pasos importantes sin duda.

Mangakas que pertenecen al colectivo LGTB+

MANGAKAS DEL COLECTIVO

Muchos sabréis lo recelosos que son los mangakas a la hora de desvelar sus identidades. No son pocos los que prefieren no dar su nombre real, su género o mostrar su rostro. A pesar de ser figuras públicas, desean conservar la privacidad que les otorga el anonimato, y eso es totalmente entendible. Por ello no es fácil encontrar autores que pertenezcan abiertamente al colectivo LGTB+. Pero en los último años ha aumentado el número de los que sí han decidido contarlo públicamente.

Uno de los más populares, a quien seguro conoceréis, es Gengoroh Tagame. Este mangaka nació en Kamakura en el año 1964 y estudió Bellas Artes. Se volvió muy famoso, inicialmente, por sus obras gais con alto contenido erótico. En ellas representa, sin tapujos, hombres de complexión muscular y con vello corporal, generalmente manteniendo relaciones BDSM. Ello supuso un cambio de tendencia entre la sociedad homosexual.

Tagame fue de los primeros autores en desligarse de la típica figura del bishonen, es decir, retratar a hombres esbeltos, delgados y afeitados. A pesar de que su obra no estuvo exenta de críticas, Tagame no dejó de dibujar lo que le apetecía. Con el paso del tiempo ha ido creando mangas para todos los públicos, que muestran mensajes de inclusividad y una crítica hacia los prejuicios de la sociedad. El Marido de mi Hermano, publicado por Panini, fue ganador del Premio a la Excelencia y en él nos habla de cómo la sociedad japonesa ve a los gais y a los extranjeros. La recientemente editada Nuestros Colores sigue esa línea, y en ella conoceremos a un adolescente que oculta su sexualidad por miedo.

Mangakas que pertenecen al colectivo LGTB+

Otra mangaka más que conocida es Kabi Nagata. En su primer manga de ensayo, Mi Experiencia Lesbiana con la Soledad, nos cuenta en primera persona sus vivencias. Habla de su enfermedad mental y de lo que supuso para ella aceptar su sexualidad. Si hablamos de autores y artistas en general, encontraremos muy pocos que se sinceren y nos muestren sus virtudes y defectos con tan poca censura como lo hace Kabi Nagata.

Gracias a sus mangas podemos no sólo comprender un poco mejor lo que es vivir con una enfermedad mental. También son una pequeña ventana a lo que supone ser lesbiana en una sociedad como la japonesa. Es palpable la soledad que refleja al no tener relaciones con nadie del colectivo o amigos en los que confiar algo tan privado. Las obras de esta mangaka están siendo publicadas en ediciones muy cuidadas por Fandogamia, editorial que recientemente anunció la licencia de Kabi Nagata, Guerrera Errante, su última obra publicada.

Mangakas que pertenecen al colectivo LGTB+

Es precisamente Fandogamia quien también publicó otro manga muy interesante, autobiográfico, de una autora trans. Estamos hablando de Chii y su La Novia era un Chico. Un tomo único fantástico en el que nos cuenta con todo lujo de detalles cómo fue su transición, incluyendo su cirugía de reasignación. Lo hace desde la positividad, pero arrojando luz sobre los problemas de las leyes japonesas y cómo fue la experiencia para ella. Es una obra preciosa y muy didáctica, con especial valor por estar contada en primera persona por alguien que ha vivido en sus carnes la discriminación y los prejuicios de la sociedad.

Siguiendo con mangakas abiertamente trans, no podemos dejar de hablar de Keito Gaku. La obra que lo catapultó a la fama es Boys Run the Riot, en la que cuenta sus experiencias a través del protagonista. Decidió crear esta historia con un personaje trans al ver la poquísima representación que tenían en el mundo del manga. Esta obra fue licenciada por Planeta en el pasado Salón del Manga, su primer volumen saldrá por fin en julio y de verdad que no podemos esperar. ¡Estamos seguros de que Boys Run the Riot va a triunfar!

MÁS FIGURAS POPULARES

En este repaso a mangakas que pertenecen al colectivo LGTB+ no podía faltar mi autore favorite. Estoy hablando de Yuhki Kamatani une artista fascinante, que además pertenece al colectivo, pues es de género no binario y asexual. Llegó a la industria del manga pisando fuerte. Su primera obra publicada fue Nabari no Ou, que no sólo alcanzó los 14 volúmenes de extensión si no que fue adaptada al anime. Aunque este manga aun no llega a España sí lo que han hecho otros, ambos de la mano de Tomodomo.

Sin duda Sombras sobre Shimanami es el más popular. En él nos muestra a un grupo de personas del colectivo, que se conocen porque viven en la misma ciudad. Veremos a través de sus ojos lo que es ser gay, lesbiana, trans o asexual. Yuhki Kamatani destaca por su sensibilidad a la hora de plasmar los sentimientos de sus personajes, haciendo de sus obras un verdadero espectáculo visual.

Su última publicación es Hiraeth, el Fin de la Travesía, que finalizó en Japón hace unos días y que además ya ha sido licenciada por Distrito Manga. Estamos deseando poder disfrutar de esta obra, ¡y no perdemos la esperanza de ver Nabari no Ou en español algún día!

Continuamos este artículo con una autora algo menos conocida, Nakamura Ching. Su obra más popular se titula Gunjo, un yuri de demografía seinen cargado de acción y misterio. Cuando a esta mangaka le preguntaron en una entrevista qué la motivaba a la hora de crear sus obras, explicó que, entre otros motivos, lo hacía porque era lesbiana. Dijo que vivir una vida ocultando que lo era fue duro, por lo que quiso darse la oportunidad a sí misma de admitirlo. Gunjo es una obra de tres tomos, que además tiene una adaptación a live-action disponible en Netflix bajo el título de Contigo a Muerte. Os dejamos el link por si tenéis curiosidad. Si os gusta el thriller, ¡os encantará!

Para terminar, sólo nos queda hablar de Asuka Miyazaki. Sus obras tampoco han sido publicadas aquí, pero seguramente sea cuestión de tiempo. La editorial americana Seven Seas acaba de licenciar X-Gender, su manga autobiográfico. En él nos cuenta sus experiencias como una persona de género no binario, y el momento en que se dio cuenta de que le gustaban las mujeres. Una obra que parece muy interesante, con la que Asuka Miyazaki nos quiere mostrar cómo es la vida cotidiana y encontrar el amor en Japón para alguien de género no binario. Esperamos que alguna editorial le eche el ojo, ¡pinta genial!

Hasta aquí el artículo de hoy, esperamos que os haya gustado esta pequeña reflexión. ¿Cuál de los mangakas que mencionamos es vuestro favorito? ¿Los conocíais a todos? Dejádnoslo en comentarios, ¡os leemos!

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Sobre el autor...

Alba

Ávida lectora de manga, aficionada al anime y apasionada de ambos. Me encanta poder compartir mi opinión y experiencias sobre lo que leo. No tengo predilección por un género en concreto, cuando me gusta una historia, ¡me gusta!

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