ANIME GENERAL MANGA

Las lacras y problemas de la industria del anime

El futuro de la industria de la animación japonesa está envuelto de interrogantes. Por un lado, deberá hacer frente a la rápida irrupción de las IA, poniendo en jaque ciertos puestos de trabajo. Por el otro, la demanda actual es tan brutal que las condiciones laborales son draconianas. El anime vive un estado de bonanza, sí, pero… ¿a qué precio? A lo largo de este artículo, diseccionaremos las lacras y problemas de la industria del anime, así como posibles soluciones para que las perspectivas sean algo más favorables.

LA FALTA DE MAESTROS

A la hora de comenzar un trabajo en una empresa de animación, ya sea como animador, planificador, guionista… hace falta alguien que guíe a los novatos para que las generaciones actuales puedan tener la seguridad de que se va a seguir haciendo un buen trabajo. Sin embargo, en Japón también son conscientes de que la industria en la actualidad es problemática cuanto menos. Largas horas de trabajo (muchas veces no renumeradas), extenuación, falta de seguimiento al trabajador…

Por ello, a pesar de que sigue habiendo interés en dedicarse a la industria, muchas personas optan por hacerlo por otras vías o de forma más autónoma. Tampoco es de extrañar que algunos directores terminen fundando su propio estudio con su propio equipo para así poder trabajar a su ritmo y sin exigencias imposibles de cumplir.

LA LLEGADA DE LAS IA

Muchos artistas y productores ya han expresado su notable preocupación ante la llegada de esta tecnología. Puede cambiarlo todo. Para empezar, y como ya está ocurriendo, se puede explotar y usar el trabajo ya realizado de las personas sin que posteriormente estas vean ni un duro de su labor. Sin embargo, otros nombres de la industria son algo más permisivos.

George Wada, capitoste de Production I.G y Studio Wit, afirma que la IA es algo positivo. En lugar de luchar contra ella y rebelarnos, tenemos que abrazarla y pensar cómo aplicarla en nuestro trabajo para poder rendir mejor. Curiosas palabras, sobre todo teniendo en cuenta que su sistema de producción de anime, como el de MAPPA, es muy agresivo.

Su sistema se basa en producir al año la mayor cantidad de animes posibles, intentando no perder calidad, para así visibilizar más el estudio y, a la postre, seguir recibiendo encargos. Esto asegura un flujo constante de trabajo y, por tanto, suculentas ganancias. Claro que no es precisamente él quien debe pernoctar en la oficina para lograr que el episodio semanal salga a tiempo. Quizá debido a las quejas y a las durísimas condiciones de sus empleados, para Spy X Family optaron por una colaboración con otro estudio, CloverWorks. Además de eso, ampliaron el tiempo de producción para garantizar la calidad constante del producto sin resentir y extenuar a sus trabajadores.

A pesar de sus palabras, Wada sabe que sin las plataformas de streaming el anime puede verse estancado. Por ello, ya ha firmado un contrato con Netflix para producir un corto animado en el que los fondos han sido generados por IA. Sin duda, un experimento particular que dará que hablar. A aquellos que ya lo han visto, les ha parecido horrendo a la par que bello.

EL PROGRESO Y LOS TRABAJADORES

Manabu Otsuku, jefe de MAPPA, cuyo sistema de producción comparte características con el de Wada, también abraza la IA. Afirma que se deben investigar todos sus posibles usos y aplicaciones para la industria. Así, afirma él, será posible producir mayor cantidad de series con equipos más pequeños, ya que parte de la carga de trabajo correrá a cargo de la IA.

Una vez más, palabras similares provenientes de otro jefazo que no se las ve y se las desea para cumplir plazos de entrega. En lugar de ello, la industria debería optar por una menor ambición a la hora de aceptar proyectos a tutiplén, así como un mejor control de sus empleados para calcular la cantidad de horas y labores que se le asigna a cada equipo.

LA VERTIENTE TRADICIONAL

Tatsuya Ishihara, portavoz y líder del conocido y reputado estudio KyoAni, afirma que siente algo de inquietud ante la llegada de estas tecnologías. Dice que de esta forma de perderá la tradición, la transmisión de técnicas y sabiduría de los senseis a los nuevos trabajadores. Uno de los motivos de la constante calidad de sus producciones, alega Ishihara, es precisamente ese. No aceptan cualquier tipo de proyecto y se esfuerzan en mantener una cantera de aprendices para perpetuar el sistema de trabajo, más artesano, de su equipo.

Esto, por supuesto, también tiene sus desventajas. Por un lado, los ingresos económicos del estudio son inferiores a sus contrapartes. Con todo, KyoAni, incluso pese a todos los ataques y reveses que ha sufrido, ha sabido mantenerse en la cresta de la ola. De su particular ola. Otro de los problemas de la IA, apunta Ishihara, es que con el paso del tiempo la gente terminará perdiendo habilidades técnicas necesarias en su campo de trabajo. Como ejemplo, pone el diseño de los trenes en la animación. Mientras anteriormente había expertos técnicos capaces de animar el movimiento y estructura de estos a la perfección, dado que ahora ya se hace mediante CGI, se perderán a este tipo de profesionales. Dependeremos demasiado de la tecnología.

No pretende aquí Tatsuya Ishihara condenar el uso de la tecnología en la animación, pues también su estudio la usa para ciertos elementos (la emulación del objetivo de una cámara en animación, por ejemplo). Lo que pretende expresar con esto es que si se abusa de la tecnología se perderán los valores humanos de transmisión de conocimientos y mentoría que hacen de este trabajo algo bonito.

¿SE PUEDE SOLUCIONAR?

Como ya hemos apuntado, la industria del anime presenta tal demanda que muchos trabajadores novatos llegan sin las habilidades y conocimientos adecuados. Por ello, se les asignan tareas mecánicas y repetitivas, sin darles así el skillset necesario para progresar en la industria y poder optar a otros roles dentro del equipo.

Por fortuna, existen personas como Ryoji Masuyama. Este productor y animador ha puesto en marcha hace tiempo el Young Animators Training Course. En él, realiza la necesaria labor que precisamente apuntaba Ishiyama. Ejercer de mentor y consultor para todos aquellos novatos que desean entrar en la industria, favoreciendo su crecimiento personal y allanándoles el camino para lograr así ser empleados funcionales y hábiles en diversas tareas.

En definitiva, no se puede negar que la tecnología, el CGI y quizá la IA permiten agilizar ciertos procesos algo tediosos a la hora de crear animación. Sin embargo, no debemos apostar el todo por el todo a esto. Debemos seguir enseñando a la gente, mentorizando a los jóvenes que, más pronto que tarde, se convertirán en las nueva figuras de renombre de la industria. Y no querríamos que no supiesen hacer sus tareas, ¿verdad?

¡Esperamos que os haya gustado este artículo sobre las lacras y problemas de la industria del anime! Al menos, que tengáis una perspectiva un poco más amplia sobre ello. ¡No dudáis en comentar y aportar vuestras opiniones!

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Sobre el autor...

Yer Wells

Lector de manga desde hace más de diez años y habitual redactor sobre este campo. Me maravillan las historias raras y busco sorprenderme en cada lectura. Lo mainstream no está reñido con la calidad.

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