MANGA OPINION

Favoritismo editorial

Cada vez son más las editoriales que publican manga o productos relacionados en nuestro país. Este hecho tiene su cara y su cruz. La cara, que así los consumidores podemos elegir entre una mayor variedad de historias que se adaptan a todo tipo de público. La cruz, que podríamos estar cerca de vivir una nueva burbuja del manga ante un mercado que no puede absorber la cantidad de lanzamientos que se producen al mes. Con todo, no es este el tema a tratar en este artículo. En esta ocasión, trataremos el tema del supuesto favoritismo editorial. ¿Y esto cuándo se produce? Cuando algunos consumidores de manga se decantan por una editorial u otra por el logo de quien lo publica en lugar de la historia en sí. ¿Es esto una práctica extendida? ¿Es lógico? ¿En qué medida esto tiene cierto sentido en base al catálogo de cada editorial? ¡Debatamos!

Mangas varios

LA LÍNEA EDITORIAL

Bien es sabido que cada una de las editoriales españolas tiene marcada cierta línea editorial que es la que les lleva a licenciar una serie de obras en detrimento de otras. Ivrea, por ejemplo, basa gran parte de su catálogo en obras demandadas por el gran público. Son en su mayoría populares y tremendamente comerciales, sin olvidar la variedad de temática.

Norma opta también por este camino más comercial, arriesgándose poco y sabiamente trayendo aquello que funciona y productos derivados de lo que es un éxito (spin-off, secuelas, fanbooks…). Planeta, por su parte, como gigante editorial que es, ostenta en su catálogo lo más granado del manga popular. Tiene en su haber grandes y reconocidas franquicias como Naruto, Dragon Ball, One Piece o Dragon Quest. Apuesta pues por grandes clásicos, antiguos y modernos, a la vez que va incorporando a su catálogo cierta variedad sin descuidar productos derivados de videojuegos o novelas ligeras.

Milky Way y Tomodomo, que han llegado al mercado «recientemente» (quizá ya no tanto), se han caracterizado por tratar temáticas de lo más diversas en su catálogo, trayendo historias que, a priori, resultan menos conocidas pero no por ello exentas de calidad, ampliando así un nicho de mercado que empezaba a estar copado por una limitada variedad. Editoriales más pequeñas ya existentes como Ponent Mon, La Cúpula, Gallo Nero, Astiberri y demás también se han caracterizado por explorar un mercado más alejado de lo entendido como comercial para traernos obras de lo más diverso.

No olvidemos tampoco a ECC Ediciones, que comenzó siendo licenciataria oficial de DC Cómics para terminar adentrándose de lleno en el mercado del manga. Mezcla en su catálogo obras populares con otras que quizá lo son menos con resultados de lo más variado. Panini, por su parte, a pesar de ser una gigante en Italia, ha optado por la mesura en España. Ha ido trayendo obras variadas, ya fueran comerciales o no, que también han reportado éxitos, en algunos casos más relativos. No olvidamos tampoco que inició las ediciones llamadas Maximum, rescatando obras en un nuevo formato para otorgarles una nueva vida.

Así pues, queda claro que, en mayor o menor medida, todos los sellos editoriales tienen un recorrido de licencias que les agrupa en un lugar u otro. Esto es algo que los compradores saben de sobra a la hora de aproximarse a realizar una compra o no. Sin embargo, ¿es este el motivo de mayor peso para «arriesgarse» con una nueva licencia? ¿Existe, pues, realmente un favoritismo a la hora de decantarse por una editorial?

LA DECISIÓN BASADA EN LA COMPARATIVA

Resulta inevitable, conociendo cómo funciona cada catálogo editorial, que el comprador piense: «Si X obra que no conocía de X editorial me ha gustado, ¿por qué no darle una oportunidad a esta otra? Me fío de su criterio». Es un mecanismo mental que puede funcionar o no. Podemos acertar de lleno con alguna lectura desconocida y posteriormente, siguiendo este criterio, llevarnos un chasco con la siguiente.

Por ello, la razón que más debería primar a la hora de realizar alguna compra de obras que, insisto, desconocemos en un principio, debería ser el gusto personal. Cada uno conoce mejor que nadie qué tipo de lecturas, temáticas y obras van acordes a nuestra «zona de confort». Aquellas con las que casi nunca fallamos. Y ahí entra de lleno el catálogo de cada editorial. Cada uno alberga obras de corte similar a esa otra que ya nos gustó en su día y podemos hallar otra lectura que nos llene en ese sentido.

Ahora bien, obviamente el resto de público también opina, y muchas veces el simple boca a boca en redes sociales puede hacer que nos atrevamos con alguna lectura un poco alejada de lo que solemos disfrutar y nos abra un nuevo mundo como lector. ¿Significa eso que debamos fiarnos únicamente del sello que lo publica? Probablemente no, pero de esta forma al menos hemos hallado algo que hasta ahora ni nos habíamos planteado.

Editoriales España

LAS GUERRAS SIN SENTIDO

Entramos de lleno en el aspecto más peliagudo del asunto. ¿De qué depende que una editorial publique una obra y no venda demasiado y que otro sello publique una de corte similar y sí lo haga? Pues diríamos que aquí se enlaza un aspecto muy importante, y más hoy día, que es la comunicación con el público mediante redes sociales. ¿Es posible que esa obra que no vendió a esa editorial no fuera suficientemente destacada, que no se le dedicara el hueco que merecía? Quizá esa otra editorial sí le dedicó un centro de atención personal y logró llegar a más público.

Por supuesto, también es cierto que existen compradores que compran ciegamente guiados por el sello editorial que publica una obra, sea más o menos conocida. Igual que, por desgracia, ocurre a la inversa: gente que demanda mucho una licencia y cuando llega no se hace con ella simplemente por quien la publica. Como consumidores, no creo que le debamos nada a los sellos editoriales, únicamente disfrutar de las obras que nos interesan y queremos. Por supuesto, con una edición de calidad que, de no cumplir ciertos mínimos, será enseguida comentado en redes. Los compradores somos exigentes, sí, al igual que las editoras deberían serlo con sus productos.

Está más que claro que cada uno se fiará más del criterio de unos u otros a la hora de gastar su bien trabajado dinero en ciertas obras. Sin embargo, eso no implica necesariamente que debamos vilipendiar o criticar al resto de editoriales únicamente por sus obras. Otra cosa es cuando una edición, traducción o rotulación no sale todo lo bien que debería. Ahí entramos en un terreno muy distinto.

Vuestras son pues las conclusiones y opiniones sobre los temas que se tratan en este artículo. Os leemos atentamente, que el debate sano siempre es bueno e interesante. ¿Qué opináis del favoritismo editorial?

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Sobre el autor...

Yer Wells

Lector de manga desde hace más de diez años y habitual redactor sobre este campo. Me maravillan las historias raras y busco sorprenderme en cada lectura. Lo mainstream no está reñido con la calidad.

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