Tragones y mazmorras
Fantasía, cocina, humor, aventura
Milky Way Ediciones
Febrero 2017
Rústica
192
Después de que su hermana fuera devorada por un dragón y habiendo perdido todas sus provisiones, Laios y su equipo están decididos a salvar a Farin antes de que sea digerida por la gran bestia. Es así como conocen a un singular enano que los introducirá al mundo gastronómico de las mazmorras: delicias elaboradas a partir de la carne de murciélagos gigantes, hongos caminantes y mandrágoras chillonas.
El manga ha explorado un sinfín de géneros a estas alturas, pero todavía se las apaña para crear fusiones de lo más originales. Tragones y mazmorras es una mezcla de cómic gastronómico y fantasía medieval que parodia muchos de los estereotipos de los juegos de rol… Menuda combinación, ¿verdad?
La serie comienza como una aventura de humor que invierte muchos de los clichés de ambos subgéneros, en la que los personajes realizan recetas a partir de criaturas fantásticas; el hecho de que se señale hasta el último detalle del proceso para hacer un plato imposible en la realidad a partir de mímico, basilisco, slime o mandrágora es una vuelta de tuerca genial, pues aprovecha para mostrar incluso la fisonomía y modus operandi de cada uno de los monstruos.
Es aquí donde la autora demuestra su gran imaginación para llegar casi a niveles documentales para explicar o deconstruir muchas de las cosas que creemos conocer de la fantasía medieval, con personajes hablando con toda naturalidad de las veces que han muerto en la mazmorra. Casos como el de las armaduras vivientes o los cuadros encantados derrochan talento para buscar una salida inesperada, divertida y llena de coherencia dentro de ese mundo de fantasía.
La caza y preparación de cada receta de por sí provoca muchas de las situaciones cómicas de la obra, explotando la relación entre los protagonistas, que se complementan a la perfección: desde la pasión por la comida de Laios y Senshi hasta el pragmatismo de Chilchack o la desesperación de Marcille, que muchas veces parece la única con sentido común del grupo.
Sin embargo, leyendo el primer tomo uno se pregunta si esta aventura anecdótica de humor se desgastará más pronto que tarde. Esa sensación se desvanece con el segundo volumen, ya que existe un inesperado desarrollo de personajes con el que se van incorporando cosas a la historia lejos de la comicidad del tramo inicial, aunque esta se mantiene. Desde luego promete un futuro apasionante con el añadido de un mayor número de ingredientes.
El dibujo de Ryôko Kui acompaña de forma excepcional a la historia. En un primer momento parece que es bastante sencillo y limpio, pero tiene un nivel de detalle y expresividad enormes; cada monstruo, escenario y objeto rezuma fantasía medieval por los cuatro costados, y el rostro de Marcille son un auténtico espectáculo. Además, toda la narración visual es muy fluida, lo que ayuda a hacer la lectura muy amena.
TE GUSTARÁ TRAGONES Y MAZMORRAS SI… siempre quisiste leer un cruce entre Food Wars y Dragones y mazmorras, sazonado con una buena cantidad de humor.
NO TE GUSTARÁ TRAGONES Y MAZMORRAS SI… no te interesan en absoluto ninguno de los dos subgéneros en los que se basa; aunque si te gusta sólo uno de ellos, sí deberías darle una oportunidad.
Comentar