To Your Eternity
Drama, fantasía
Milky Way Ediciones
Mayo de 2017
Rústica
192
Alguien arrojó una "esfera" a este mundo. Su función era recopilar información; podía adoptar la forma de cualquier cosa e incluso trascendía a la muerte. Un día se encontró con un chico y luego sus caminos se separaron. Luz, olor, sonido, calor, dolor, alegría, tristeza... Deambulando por este mundo repleto de estímulos, esa esfera inició su viaje eterno.
Esta es la historia de cómo fue adquiriendo individualidad.
Yoshitoki Oima alcanzó el prestigio gracias a A Silent Voice, una de las mejores obras publicadas en España en los últimos años (como dijimos en nuestra reseña), además de ser la serie de más éxito de la editorial Milky Way. Esto ha ayudado a que llegue hasta nosotros su manga más reciente: To Your Eternity.
Ya conocemos el gusto de la autora por las historias que tratan temas duros sin edulcorante (¿quién más se quedó destrozado tras el primer tomo de A Silent Voice?), y en To Your Eternity se zambulle de lleno en un profundo existencialismo gracias a nuestro protagonista, ese ser sin forma que va aprendiendo a través de experiencias y estímulos.
El manga está estructurado en pequeños arcos argumentales en los que la esfera vive diferentes situaciones, interactuando con diferentes personajes que activan sus habilidades, como el habla, las emociones, o la posibilidad de transformarse en los diferentes seres con los que ha tomado contacto. Ya en el segundo tomo se da una pista sobre la posible trama principal, pero por ahora prácticamente es una sucesión de historias autoconclusivas con el único nexo común de su protagonista.
Tenemos que ser claros: To Your Eternity es una obra dura, no apta para las personas más sensibles. Las experiencias que se recogen son extremas, dramáticas, emocionalmente demoledoras. La autora no tiembla en romper tabús y reflejar un mundo lleno de penurias en el que las personas se ven arrastradas por las circunstancias y la mala fortuna: un chico que vive solo en un asentamiento aislado, una niña que reside en una aldea donde se llevan a cabo sacrificios humanos, una joven que nunca consigue lo que desea… una galería de almas rotas, en definitiva, cuya desgracia se agrava al tratarse de seres que no se merecen lo que les ocurre.
Desde luego, el mensaje no es de lo más optimista, al menos a primera vista. Pero Oima se esfuerza en mostrar a través del aprendizaje del protagonista que, incluso en los tiempos más oscuros, en los momentos más difíciles, en los callejones sin salida, ante la muerte inminente, el ser humano sigue poseyendo un rayo de luz, un atisbo de esperanza, una bondad innata que logra que el mundo no sea tan malo como podría y que saca lo mejor de cada uno cuando más lo necesitamos u otros lo necesitan de nosotros; es el enfrentamiento contra la adversidad lo que nos hace especiales, aunque el resultado acabe siendo una derrota.
Esa emotividad que late en cada página de To Your Eternity se destila también a través de su dibujo. Ya en A Silent Voice la autora consiguió dominar expresiones de lo más humanas y naturales debido a la necesidad de los protagonistas de utilizar el lenguaje de signos, y aquí ha pulido esa fórmula para llenar sus personajes de vida; de hecho, llega a utilizar algún recurso bastante curioso, como dibujar a la niña March en un estilo caricaturesco superdeformed para expresar su inocencia e ingenuidad, lo que hace que la emoción gane mucha fuerza en según qué escenas. Todo eso con su habitual atención al detalle, a lo que hay que sumar una composición de viñetas sin muchos experimentos pero que narra claramente lo que ocurre y se centra de forma magistral en lo importante.
TE GUSTARÁ TO YOUR ETERNITY SI… quieres experimentar las emociones a flor de piel y A Silent Voice te cautivó.
NO TE GUSTARÁ TO YOUR ETERNITY SI… eres demasiado sensible, de lágrima fácil y no aguantas historias crudas ni temas duros; os lo advertimos, esta obra es demoledora.
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