La editorial Ivrea anunció a principios de año un auténtico bombazo: la licencia de Goblin Slayer, no sólo el manga sino también las novelas ligeras; un formato que no habían vuelto a publicar, desde que las de Haruhi Suzumiya no funcionaran tan bien como esperaban. A pesar de que su fama se catapultó gracias a la adaptación al anime que se emitió en 2018, sus versiones impresas ya eran bastante populares en Internet. Pero, ¿quién es ese asesino de goblins del título?
La historia arranca con la Sacerdotisa, una joven inexperta que se une a un grupo de aventureros novatos para afrontar lo que parece una misión sencilla: aniquilar una colonia de goblins. Sin embargo, casi todos son masacrados de forma cruenta hasta que es rescatada por Goblin Slayer, un guerrero callado y pragmático cuya única obsesión es cazar a esas criaturas. Agradecida, la mujer decide aliarse con su salvador mientras intenta descubrir por qué está tan centrado en acabar con las criaturas.
El origen de Goblin Slayer se remonta a 2012, cuando el autor Kumo Kagyu comenzó a publicar la historia en un foro japonés; su popularidad le animó a reescribirla en forma de novela, para presentarla en algún concurso. Aunque no consiguió ganar, el sello GA Bunko, de la editorial SB Creative, decidió publicarla, contratando al ilustrador Noboru Kannatsuki y sacando a la venta el primer volumen a principios de 2016. Pocos meses después comenzaría la serialización del manga, de la mano de Kôsuke Kurose, en la revista Monthly Big Gangan de Square Enix.
El autor concibió la fábula debido a su gran amor por los juegos de rol, algo que se nota desde el principio. En primer lugar, ningún personaje tiene nombre propio, sino que cada uno es denominado con su clase y/o raza: la Arquera Elfa, el Chamán Enano, el Sacerdote Lagarto, la Chica del Gremio… La estructura de la narración, sobre todo al comienzo, también es muy similar a su referente, ya que los protagonistas deben pasar por el gremio de aventureros para aceptar alguna misión y poder así ascender en su rango, con las ventajas y la dificultad creciente que ello conlleva. Es una fantasía medieval casi de forma literal.
Sin embargo, una buena parte de la popularidad se debe a lo morboso de algunas de sus escenas. Esto es especialmente notorio en el inicio, la misión en la que el protagonista y la Sacerdotisa se conocen. Las mutilaciones y violaciones están contadas con mucho detalle, por lo que es fácil que uno acabe asqueado; esto espantó a mucha gente pero atrajo también a otras tantas personas, ya fuese por puro morbo o por una visión más oscura, incluso “realista”, que otras obras similares. Hay que advertir que la versión más suave es la del anime por lo que, si llegas a esta franquicia a través de él, la brutalidad aumenta.
Si bien a lo largo de la historia existen otras escenas bastante crudas, no son tan numerosas como parece sugerirnos Goblin Slayer al principio. Se nota que ese comienzo tan explícitamente violento funciona como gancho a los lectores, para impactarles y apuntalar su interés en la obra. Lo que nos encontramos a continuación no deja de ser la típica historia de fantasía medieval con espíritu rolero, salvo por un detalle: el protagonista. A pesar de ser parco en palabras, el Asesino de Goblins es un buen compañero y buena persona en general, por lo que el origen de su obsesión con esa raza se torna interesante para explorar su misterioso pasado, aunque su rasgo más llamativo es su pragmatismo.
En esta obra cualquier descuido puede llevar a la muerte, y aquellos novatos que intentan enfrentarse a retos que no se ajustan a su experiencia suelen acabar muy mal. Esto aporta frescura a la propuesta, y resulta incluso satisfactorio comprobar la naturaleza extremadamente metódica de Goblin Slayer, aniquilando a hordas de enemigos de forma fría pero racional, rechazando ciertos tópicos del género como el del personaje que apenas ha luchado en su vida pero que es invencible por ser el protagonista, o que gana por el “poder de la amistad”. Las aventuras transmiten verdadero peligro en cuanto surge algún inconveniente o amenaza mínimamente seria; sin embargo, parte (no completamente) de esa magia se pierde a medida que el protagonista consigue más aliados.
Entre tanta sangre también hay tiempo para las relaciones entre personajes y el humor, este último siempre eficaz y centrado sobre todo en la obsesión del protagonista con los goblins. La evolución de algunos de los personajes es previsible, como esa Sacerdotisa amable que se vuelve una aventurera más capaz e independiente con el paso del tiempo, o la elfa arrogante al principio pero luego capaz de forjar auténticos lazos de amistad; hay otros bastante curiosos y agradables como la chica del gremio, cada vez más interesada en los entuertos del protagonista.
Al principio, el argumento avanza sin un objetivo claro más allá de seguir los pasos de la figura central, como si fuese un slice of life de fantasía; pero, cuando parece que se ha estancado, aparece una trama a mayor escala que va uniendo las diferentes aventuras, aunque lo hace con parsimonia y sin acelerar la historia. Se nota que es una serie con gran proyección, que no quiere quemar sus naves antes de tiempo.
Goblin Slayer es una serie de fantasía medieval oscura con un protagonista original, cuya obsesión y metodología se convierten en el gran pilar de la obra. También cuenta con varias escenas explícitamente cruentas que en ocasiones atraviesan la frontera del morbo y no son aptas para estómagos sensibles, aunque más allá de eso no se desvía demasiado de lo que muchos aprecian en este género.
Ivrea tiene previsto el lanzamiento tanto del manga como de la novela para octubre, así que prepara tu espada… porque pronto empieza la cacería.
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