GENERAL MANGA OPINION

¿Mangas con extras o extras con mangas?

Apenas ha empezado 2023 y ya tenemos nuestra primera polémica manga del año. Que no pase un mes sin su debida riña en redes sociales. En este artículo de opinión no voy a profundizar más allá en ella ni echar más leña al fuego (para eso ya está Twitter). En cambio, sí se ha generado una reflexión que me parece más interesante a colación de dicha polémica. El tema gira en torno al uso y abuso de las «ediciones especiales» por parte de las editoriales y, en la otra esquina del ring, el público lector que cada vez demanda más extras en sus colecciones. Ahora bien, ¿hemos llegado a un punto absurdo? ¿Qué queremos? ¿Mangas con extras o extras con mangas? Vamos a analizar el tema en su conjunto, profundizando en tipos de ediciones especiales, respuestas editoriales y demás detalles que vengan a cuento de este interesante tema.

Nota previa: Las opiniones vertidas en este artículo corresponden únicamente a su autor y no son necesariamente compartidas por Otaku Center o sus colaboradores.

QUIERO MÁS DE LO QUE TÚ ME DAS

Es necesario comenzar esta trama por el principio, para saber el contexto que rodea a esta polémica y así poder luego desarrollar el tema que realmente me llevó a elaborar este artículo. El tuit en cuestión fue una respuesta del CM de Milky Way. Una respuesta que gran parte del público interpretó como algo airada y un poco soberbia. Como ya comenté al inicio de este texto, no voy a entrar a valorar si lo fue o no, porque el tema que me interesa a título personal es otro. Con todo, os dejo el tuit:

El tuit que desató la polémica

Pasando a valorar ya en sí la cuestión, por un lado podría esgrimirse que es una falacia que la editorial asturiana sea la que más extras y artículos de promoción hace. No obstante, sí es cierto que ediciones como las que realizan con cada nuevo tomo de Atelier son algo exclusivo de Milky Way y ninguna otra editora ha llegado a ese nivel al respecto.

Ahora bien, no es oro todo lo que reluce. ¿Estamos hablando de ediciones especiales o de artículos de promoción que no encarecen el precio final del producto para el consumidor? Porque son cosas muy distintas. Una edición especial supone un gasto extra y una decisión personal por parte del lector de manga. En caso de que tu bolsillo o tus necesidades particulares no necesiten grandes alardes, siempre puedes hacerte con la edición normal y tan contento. Una edición especial debe entenderse como un producto de tirada limitada y cierta exclusividad. Y me gustaría recalcar la palabra coleccionista, porque me da la sensación (y con esto entro ya en la cuestión que he venido a comentar) de que en España el mero hecho de comprar manga es un acto de coleccionismo. Y sí, pero a la vez no debería serlo tanto.

Ejemplo de EDICIÓN ESPECIAL de Atelier of Witch Hat, correspondiente a su tomo 5

POSTALES DESDE LA IRA

Vaya por delante que yo, como cualquier hijo de vecino (y quien lo niegue miente) aprecia los detallitos especiales cuando se hace con un nuevo lanzamiento o con sus mangas favoritos. Siempre que este adendo (sea postal o marcapáginas o whatever) no aumente el precio del tomo y se entienda como un regalo para contentar al fan y aportar un extra de cara a la compra de la colección, claro. A todos nos gustan las cosas gratis, vivimos en el país de la picaresca. Pero claro, el problema es que, sí lo digo, estamos demasiado mal acostumbrados. Parece que ahora cualquier nuevo tomo o cualquier manga de estreno tiene que venir con regalitos o, si no, el cliente se enfada y llega al punto de no comprarlo.

¿Nos hemos vuelto locos en el furor de los extras? ¿Estamos valorando si comprar un manga o no por factores ajenos al propio manga en sí? Vamos a ver, ¿se supone que queremos leer la obra y meternos en su historia o dedicarnos a coleccionar postales y marcapáginas como si no hubiese un mañana? Porque seamos honestos, la mayoría de nosotros guarda esas postales y marcapáginas en un cajón y de ahí no salen. O como mucho le da uso a algunos marcapáginas (aunque seguramente sea en una novela, ya que solemos leer los tomos manga del tirón). Y aunque los colguemos en un corcho para «hacer bonito», no deja de ser un mero incentivo, no el producto base que supuestamente nos interesa y por el que estamos pagando.

Un extra que a título personal considero más útil son los mal llamados cofres. Una eufemismo hipervitaminado para designar lo que viene siendo un cacho de cartón con ilustraciones en los bordes. Ilustraciones que en muchos casos no dejan de ser portadas del primer y último tomo de la serie en sí. Y pese a que no es algo que a la editorial le encarezca demasiado los costes (además de que no lo haría si no le rentase), es un detalle que amén de aportar una estética resulta tremendamente útil para los que tenemos estanterías de doble fondo. Nos permite reposar los tomos sobre una superficie lisa y no sobre otros, algo que puede provocar dobleces o arrugas. Si por mí fuese, que todos los detalles fuesen cofres.

Cofres de Norma Editorial

LO QUIERO TODO, PAPI

Lo queremos todo ya. Y lo queremos bien editado, barato y con decenas de extras. En lo primero y lo segundo puedo posicionarme de acuerdo, pues son estándares lógicos que podemos pedir a un producto. El problema es cuando comparamos con otros países y vemos sus precios y ediciones especiales. Ya se sabe que las comparaciones son odiosas. Lo único que se logra así es experimentar frustración por algo que, asumámoslo, aquí no se hará de la misma forma. Ni peor ni mejor, solo diferente.

No sé vosotros, pero yo sigo pensando que nosotros mismos estamos alimentando un mercado que está haciendo que el manga sea un producto de coleccionismo de lujo y no un entretenimiento sin más. Demandamos extras con cada publicación como si fuese la razón de peso para comprar un tomo. Permitidme recordaros que no es así. Pidamos mejor que las ediciones no tengan moiré, que estén bien traducidas, que no contengan errores ortotipográficos, que la rotulación no dañe a la vista… Vamos, lo que viene siendo una edición acorde al dinero que pagamos por cada tomo, porque insisto, el manga a día de hoy NO es una afición barata.

Y si las editoriales y el mercado suben los precios y algunas, como ECC, llegan a pretender cobrarnos hasta 12 € por un tomo estándar de 200 páginas es porque, de alguna forma, lo estamos permitiendo e incentivando. El mercado del manga ha crecido de una forma astronómica en apenas un par de años, e incluso un grupo de influencers ha creado su propia editorial (de esto no voy a hablar en este artículo). Está claro que el manga no es una moda, que se ha asentado y se ha convertido en un producto mainstream. Esto, por supuesto, es muy positivo, ya no es algo de cuatro gatos frikazos que nadie entiende. Es una afición más y se ha popularizado y expandido hasta el punto de que tenemos obras para todos los gustos. Y bienvenido sea esto.

Pero recapacitemos. Recordemos por qué empezamos a comprar y leer manga. No fue para tener cientos de postales y marcapáginas en nuestras casas, fue para poder disfrutar de buenas historias que nos hicieran reír, llorar y soñar. Los detalles están muy bien y a nadie le amarga un dulce, pero no nos permitamos llegar a extremos preocupantes de valorar más el continente que el contenido. Porque sí, iniciativas tan curiosas y divertidas como el paquete de pañuelos que daba Distrito Manga por la compra de El Pecado Original de Takopi son una buena estrategia de márquetin, pero lo que debe prevalecer siempre es la obra. Y si alguien ha comprado el manga solo por los pañuelos, debería hacérselo mirar, aunque por otro lado bien para la editorial, que se lo lleva calentito.

Promoción de Distrito Manga en el Manga Barcelona 2022.

CONCLUSIONES SIN EXTRAS

Todo esto, por supuesto, no exime de que en las redes sociales, incluso en Twitter, debería haber cierta cordialidad entre los clientes y el CM. Los clientes, a fin de cuentas, son los que te dan de comer. Insisto en que no quiero posicionarme en bandos, porque no es mi lugar, pero sí es bueno y necesario reflexionar sobre ello. Entendemos todos que no es fácil ser CM. Puede parecer algo muy sencillo, pero hay que lidiar con muchas respuestas al día, y siempre habrá alguna que colme el vaso. Y a fin de cuentas no ha sido Milky Way la única que ha tenido respuestas así, pues recordemos que Ivrea también ha tenido salidas discutibles.

Solo pido que pensemos y reflexionemos. Todos somos personas, todos tenemos días malos y todos erramos. Lo más importante que debemos extraer de esto es el verdadero motivo por el que compramos manga. No dejemos que la nube de los extras oscurezca nuestra pasión por la simple lectura. Con gusto pagaría menos por un tomo si me dijeran que los extras se erradicarían de la faz del mundillo. ¿Poder leer más y olvidarme de detallitos? Adelante, por favor. Por desgracia, estamos tan habituados a este tipo de prácticas (y las editoriales lo saben) que me temo que solo irá a más. ¿Llegaremos al preocupante punto de que valoremos más «todo lo otro» antes que la propia creación del mangaka?

Sigo soñando con el día en que el manga digital se asiente bien en España y nos dejemos de pamplinas para simplemente disfrutar de la narrativa de una obra y no de aspectos estéticos externos que entran por los ojos, pero no permanecen en nuestros corazones.

Y vosotros, ¿qué opináis? ¿Mangas con extras o extras con mangas? ¿Os dejáis influenciar por los detalles adicionales al comprar manga?

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Sobre el autor...

Yer Wells

Lector de manga desde hace más de diez años y habitual redactor sobre este campo. Me maravillan las historias raras y busco sorprenderme en cada lectura. Lo mainstream no está reñido con la calidad.

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