Kiwa es un buen tipo aunque demasiado relajado, y eso hace que no encuentre trabajo, algo que pone de los nervios a su novia, Mahiro. Cuando ella le ofrece probar suerte en la editorial donde trabaja, Kiwa acaba confesándole que tiene un poder especial: si pide con toda su alma algo que desea, lo consigue, pero a cambio, después debe compensarlo pagando con algo de igual valor para él.
Mahiro no lo toma en serio hasta que Kiwa pide a Dios “con toda su alma” poder trabajar con ella y, poco después de lograrlo, empiezan a pasar desgracias...