MANGA OPINION RESEÑAS

[Reseña] Mi vida sin rosa

Mi vida sin rosa Book Cover Mi vida sin rosa
Mi vida sin rosa
Lizth Bianc
Ensayo / Costumbrismo
Fandogamia
Octubre 2022
Tomo A5 (148x210) rústica (tapa blanda) con sobrecubierta
168 págs. a color (bitono)

 

Una historia autobiográfica. Una mujer que siente que sería mejor vivir en otra posición. Con otro rol. Ser de otra forma. Y su reflexión la llevará a encontrar la causa en la presión social, las etiquetas de género y en situaciones violentas que la condicionaron a odiar todo lo femenino que había en ella.

Mi vida sin rosa versa sobre los conflictos de género desde la perspectiva de una mujer cis con respecto a lo que implica pertenecer y vivir el género femenino en una sociedad patriarcal, junto a todos los estereotipos asociados a dicho rol, además de la pesada carga que se pone sobre sus cuerpos.

CUESTIONES DE GÉNERO

Bienvenidos a esta reseña de Mi vida sin rosa. Hoy día, y afortunadamente cada vez más, somos más conscientes del entorno que nos rodea, hemos aprendido que ciertas cosas no deben ser toleradas. Entre los sectores de la población, hay dos que especialmente han tenido que sufrir vejaciones, insultos e humillaciones. Una de ellos por el simple hecho de ser una minoría diferenciada (la comunidad LGBTQ+) y otro simplemente por ser mujer. El patriarcado (ya tardaba en salir la palabra, eh) ha reinado, consciente o inconscientemente, desde los albores de la humanidad.

Había muchas cuestiones existenciales, sobre quiénes somos o cómo nos comportamos, que jamás se habían puesto en entredicho, pues se consideraba que «la vida era así» y no se podía hacer nada para cambiarlo. Por suerte, la humanidad evoluciona (o al menos parte de ella), y ha ido despertando un pensamiento más progresista y empático hacia los minorías socialmente desfavorecidas. De hecho, el término anglosajón woke no es más que una forma de reivindicar y ajustar cuentas acerca de absurdas jerarquías y estratos sociales que hace mucho tiempo debían haberse erradicado. Porque ya no podemos vivir con una venda en los ojos, ya no podemos ignorar las microagresiones y agresiones que tienen lugar en nuestras vidas día sí y día también.

Y justamente la literatura (en todas sus vertientes) también es un reflejo de estas circunstancias. Fandogamia ya cuenta en su catálogo con varias obras de calado social como la colección de Kabi Nagata, La novia era un chico (Chi) o Mi padre alcohólico es un monstruo (Mariko Kikuchi). Pero no es necesario salir de nuestras fronteras para toparnos con injusticias o desigualdades sociales, claro está. Por ello, ahora la editorial nos trae este tomo único, creación de una autora española, Mi vida sin rosa.

ROSA CON ESPINAS

Me parece necesario comenzar esta reseña de Mi vida sin rosa destacando la valentía de Lizth. Nunca es fácil plasmar según qué vivencias en una obra, y más cuando sabes que va a ser publicada y por tanto miles de lectores van a ser partícipes de tu historia. Es un sentimiento aterrador, pero también creo que de alguna forma nos permite sanar y poner en la palestra cuestiones que de otro modo seguirían relegadas al olvido.

A lo largo de este tomo, tan duro como interesante, la autora nos relata sus complicadas vivencias personales de una forma clara y directa. Una conversación tú a tú en la que viviremos, casi como de un diálogo se tratase, las complicadas circunstancias que ha atravesado, y sigue atravesando. Y es que hay cosas con las que tenemos que aprender a convivir toda la vida. Nuestros miedos más profundos, esos demonios internos que nos acechan y no nos dejan en paz. Esos que es imposible apartar, a los que hay que aprender a saludar sin permitirles anularnos por completo.

En el camino, Lizth aprovecha para sacar a relucir temas de vital importancia hoy en día. No duda a la hora de meterse a criticar cuestiones de género, el papel de la mujer en la sociedad, las etiquetas impuestas al género femenino, el dominio patriarcal… Porque todo esto, de alguna forma, afecta a la forma de percibir y ser percibidas en el mundo. La historia de Lizth, aun siendo personal, también es la historia de muchas otras mujeres. Mi vida sin rosa es un reflejo vívido y certero de la situación que atraviesan muchas otras como ella.

Uno de los temas más duros que relata la autora en el tomo es acerca de su percepción del sexo, y cómo este siempre ha estado construido (y está) en torno a la mirada masculina. Los hechos relatados por Litzh resultan escalofriantes, precisamente por ser reales. No se trata de una ficción de la que podemos intentar abstraernos. Es una triste realidad, una que nos golpea y sacude con fuerza por el distintivo hecho de que se nos está contando cara a cara. Una que, desde luego, no podemos pasar por alto. Y he aquí que recalco una vez la valentía de su creadora a la hora de contarnos su dolorosa experiencia con tal sinceridad.

LA KABI NAGATA ESPAÑOLA

Sé que las comparaciones pueden resultar odiosas, pero en este caso lejos queda mi intención de hacerlo en negativo. Lizth Bianc bien podría considerarse nuestra particular Kabi Nagata. Tanto el sistema de narrativa usado como el propio formato del cómic invitan a poner esta obra junto al resto de ensayos de la autora nipona. Además, Lizth también hace un genial uso del humor para contarnos algo que realmente es terrible. De esta forma, igual que ocurre con Nagata, el lector es más consciente de la importancia de lo que se cuenta. Porque el humor también nos hace empatizar, conectamos mejor así con las circunstancias a las que nos exponen sus autoras.

El modo de narrar, la distribución de viñetas, las metáforas visuales, el simbolismo… Todo ello conforma una lectura de esas que dejan huella, que por su dureza nos atraviesa y nos hace reflexionar. De hecho, incluso el propio cómic contiene una advertencia de contenido sensible. Y desde aquí también recalcamos, porque nunca es suficiente, que efectivamente Mi vida sin rosa nos va a dejar tocados. Estad preparados para su lectura si os sumergís en ella. Su contenido puede herir ciertas sensibilidades, estáis avisados.

Dicho esto, por mi parte solo me queda recomendar encarecidamente este tomo. Lizth Bianc demuestra conocer bien el medio en el que cuenta sus vivencias, y lo hace de una forma tan cercana como cruda, sin medias tintas y sin dejarse nada atrás. Nada escapa a su afilado sentido crítico y a la forma en que siempre ha concebido los roles de género, algo con lo que siempre ha discrepado. No dejéis escapar este tomo único, pues resulta una experiencia tan emotiva como edificante.

¡Espero que os haya gustado esta reseña de Mi vida sin rosa y que os animéis a leer esta obra! ¡Contadnos qué os ha parecido si ya lo habéis hecho!

comparte-small

Sobre el autor...

Yer Wells

Lector de manga desde hace más de diez años y habitual redactor sobre este campo. Me maravillan las historias raras y busco sorprenderme en cada lectura. Lo mainstream no está reñido con la calidad.

Comentar

Publicar comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *