¡Bienvenidos a Conoce al mangaka (XI)! En esta ocasión, dedicamos la sección a uno de los autores más conocidos y prolíficos del mundillo del arte y la ilustración homoerótica. En los últimos años sus obras han pegado un giro hacia un costumbrismo social, pero sin renegar nunca de su esencia. ¡Hoy, por supuesto, os hablamos del mangaka Gengoroh Tagame!
LUCHANDO POR EL COLECTIVO
Tagame es un creador abiertamente gay, como ha reconocido en las numerosas entrevistas que a lo largo de su carrera ha concedido a la prensa internacional. El mangaka comenzó su carrera en 1982, pero aquella primera obra que publicó la hizo bajo un pseudónimo. Entre varios motivos, lo hizo porque por aquel entonces todavía era estudiante de Bellas Artes.
Posteriormente, en 1986, empezó a trabajar como director artístico en una empresa, por lo que se puede decir que no le costó demasiado entrar en el mundillo de la ilustración tras terminar sus estudios. Ya en 1992, un poco cansado de la rigidez empresarial, se independizó y emprendió su labor como artista e ilustrador independiente, algo que a día de hoy todavía sigue ejerciendo. Así es, porque Tagame no es solo mangaka, sino que compagina la creación de obras LGTBQ con diversas tareas como diseñador gráfico o director artístico.
La evolución del autor también es una muestra palpable de sus inquietudes artísticas y su lucha por la defensa del colectivo. Así pues, qué mejor manera de irle conociendo que hacer un repaso por sus obras y cómo estas han permeado en la sociedad.
GENGOROH TAGAME EN ESPAÑA
Quizá hoy día muchos conozcáis al autor por sus obras más recientes publicadas por Panini, El marido de mi hermano y Nuestros colores. Por eso posiblemente os choque saber que los inicios del autor fueron mucho más sexualizados. En sus primeras obras, el autor exploraba la sexualidad y el sexo a través de personajes peludos y musculados que llevaban a cabo todo tipo de prácticas, a veces trasgrediendo límites que podrían escandalizar a más de uno.
De hecho, este tipo de obras se denominan bara, y suelen representar escenas muy subidas de tono con hombres a los que en un lenguaje social propio del colectivo llamaríamos osos. Con todo, cabe destacar que a pesar de que Tagame cultivó esta temática prolíficamente, no fue el primero ni mucho menos. Ya hubo otros autores como Jiraiya que se internaron en este territorio.
Tagame siempre alegó estar harto del tipo de masculinidad que se refleja en el BL al uso, donde por costumbre se suele representar a uno de los miembros de la pareja como «femenino», adoptando actitudes de sumisión y fragilidad que no se corresponden con la realidad. No solo porque resultan sexistas, sino porque es una ficción irreal que perpetúa estereotipos que no ayudan en nada a visibilizar el colectivo de una forma digna.
Como veníamos diciendo, Tagame, al igual que Jiraiya, exploró otras formas de crear historias. Así, era frecuente hallar prácticas de bondage y sadomasoquismo en las primeras obras del autor publicadas en España. Si os interesa, podéis conocer la faceta más canalla del mangaka en historias como La casa de los herejes o Degeneración, ambas publicadas por La Cúpula. En ellas, se narran relatos tremendamente explícitos que desafían los límites del sexo y la masculinidad y no os dejarán para nada indiferentes.
SU CAMBIO DE REGISTRO
Con el paso de los años, el autor ha ido abandonando este tipo de temáticas para dar paso a una nueva era. En ella, se centra mucho más en educar y edificar sobre el colectivo al que pertenece. Esto resulta especialmente destacable teniendo en cuenta el país de origen de Tagame. En Japón, la comunidad LGTBQ siempre ha estado bastante invisibilizada y no ha sido hasta hace bien poco cuando algunos mangakas han abierto camino, no solo a través de sus obras sino también de sus actos. Así, tenemos ejemplos como Yuuki Kamatani (autore no binaria), Keito Gaku (autor trans) o, como no, el propio Tagame, abiertamente gay.
Si queréis profundizar en la parte más social y costumbrista del autor, tenéis a vuestra disposición dos obras cortas como son las mencionadas El marido de mi hermano y Nuestros colores. En ellas, se tocan temas de relevancia para el colectivo a través de tramas de corte más familiar y ligero. En ellas, Tagame abre su corazón e incluso plasma parte de su ser para abrir los ojos a una sociedad que todavía se muestra intolerante e incomprensiva. Lejos de pretender aleccionar, estos mangas son un puente entre el colectivo y la sociedad, sirviendo para crear lazos mediante historias donde la ternura y el amor prevalecen por encima de todo.
¡Esperamos que hayáis podido conocer a este magnífico autor a través de este Conoce al mangaka (XI)! Deseamos de todo corazón que le deis una oportunidad a algunas de sus obras, en cualquiera de sus vertientes.
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